Friday 26 de April de 2024
ACTUALIDAD | 06-09-2015 18:25

Profesionales, estudian astrología para conocerse más

La lectura de los signos dejó de ser un tema tabú.

Por Josefina Hagelstrom

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En la miniserie Signos, Julio Chávez interpreta a un astrólogo que es, además, un asesino que selecciona a sus víctimas según la personalidad que les atribuye el zodíaco. En la vida real, el propio Chávez contó que estudió astrología por cinco años, y si bien ahora el tema llegó al prime time de la televisión, lejos de la ficción esta disciplina –que hace años se consideraba tabú– fue ganando terreno con cursos en institutos especializados, seminarios en universidades y mucha difusión por internet.

Y mientras que para muchos la astrología se limita a consultar el horóscopo los fines de semana, o a creer que una carta puede adivinar el futuro, cada vez más profesionales la estudian, en un proceso de búsqueda y autoconocimiento que muchas veces deriva en una salida laboral que implica, además, un cambio radical en sus vidas.

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Tal fue el caso de Gonzalo Argüello (47), ingeniero electrónico y cofundador del Partido de la Red y de una empresa de software de la que hoy sigue siendo socio, aunque no participa activamente. Hace ocho años, distintas situaciones lo llevaron a buscar algo que lo conectara con cosas alejadas de lo material, y empezó a estudiar hasta convertirse en astrólogo.

“Yo vengo del ámbito de la ciencia, estudié ingeniería, pero me di cuenta de que quería encontrar otra cosa más conectada con lo que pasa en el mundo”, dice. Así, como muchos de los que se acercan a esta disciplina (Julio Chávez incluido), empezó a estudiar en Casa XI, una de las escuelas más conocidas, y junto a una socia ahora da talleres de astrología del cuerpo, que busca generar una conexión a partir de las cualidades energéticas de cada signo. “La astrología es un lenguaje que nos permite observar cosas que no solemos mirar, todo lo que nos condiciona en la vida sin que nos demos cuenta, que tiene que ver con un universo que tiene ciclos”, dice. Y agrega: “Mi día a día ahora es muy distinto; ya no voy a una empresa sino que doy talleres, cambié los deportes que hacía, y siento que estoy mucho más despierto”.

Para Pablo Telias, piloto comercial y el astrólogo que asesoró a los guionistas de Signos, “a nivel sociedad creo que se flexibilizó la idea que se tenía de la astrología, se le sacó el rótulo que la encerraba en la predicción y eso generó una apertura”. Además, remarca que “entre los 80 y los 90 se acercaban a estudiarla quienes tenían un perfil más artístico y bohemio, pero en el 2000 empezaron a aparecer arquitectos, ingenieros, abogados, profesionales por fuera del afluente de formación universitaria más fuerte, que eran los psicólogos”. “Muchos están cansados de su actividad y vienen a buscar algo diferente, y acá sienten que se les habla de algo propio. Y si bien la mayoría no entra con el objetivo de una salida laboral, después muchos la tienen”, agrega.

En el caso de Angeles Shaw Estrada (30), licenciada en Administración de Empresas, la astrología llegó como un interés compartido. “Mi primer contacto fue a través de amigas que se hacían la carta astral y me contaban sus experiencias. Ahí yo todavía no me había conectado, porque creo que hay un momento puntual que te llega cuando estás preparado para ver o escuchar determinadas cosas de vos mismo”, dice. Y agrega: “Me empecé a preguntar cosas, a hablar de las energías, de las casas, de la astrología de los signos, hasta que me decidí por estudiar”. Fue su astróloga, que se convirtió en fuente de consulta permanente, quien le recomendó dónde estudiar, y desde entonces está en plena formación. “En mi caso fue y es una herramienta de autoconocimiento personal. Y se la recomiendo a cualquiera que desee conectarse consigo mismo, y hacer consciente lo inconsciente”.

Sedes. Buenos Aires es, de hecho, una de las ciudades del mundo donde hay más astrólogos, y las escuelas donde se estudia tienen buen reconocimiento. Una de ellas es la Fundación Centro Astrológico de Buenos Aires (CABA), donde año a año 200 personas se acercan a estudiar. Otra es Casa XI. Y si bien en el mundo las universidades se resisten a incluirla en la academia, hace dos años se dictó un seminario del tema en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

“Con los años y con el hecho de que haya cada vez más astrólogos, la gente tiene más naturalizada la astrología, que ya no es algo raro ni minoritario”, dice Jerry Brignone, director de CABA. Y remarca que “haya o no expectativa de tipo laboral, quienes se acercan lo hacen primero por una curiosidad. Y hasta que uno no toma contacto real con la astrología, no se toma muy en serio la relación significativa que hay entre el cielo y uno, o la sociedad”, agrega el profesor.

Predicciones y ‘astrohumor’ en las redes

“Antes era el horóscopo, lo leías en el diario, eran frases hechas; y ahora se está cayendo el mito de que el astrólogo es una especie de brujo que lee las cosas, hay un acercamiento más humano y se personalizó mucho más”, dice Juan Marcos Tenaglia, alias “Dr. Décimo”, que desde su blog y Twitter comparte sus conocimientos de astrología con miles de seguidores, de quienes recibe consultas de varios países. Así, busca “acercarle la astrología a la gente con un lenguaje y una actitud distinta, porque muchos jóvenes piensan que el astrólogo es el mago que te adivina el futuro y no es así”, dice.

Pablo Telias también usa internet como medio para difundir esta disciplina desde el humor. Así comenzó con su canal de YouTube, que tiene más de 5 mil seguidores que ven sus sketches de stand up de “astrohumor”, donde actúa situaciones del tipo “cómo termina Aries una relación” o “cómo reacciona Leo cuando se le adelantan en la fila del banco”.

“En mis clases incluyo alguna dramatización de manera pedagógica y creativa, y me divierte incluir el humor en cuestiones donde la gente no se ríe”, dice.

Nota publicada en la edición impresa del Diario Perfil.

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