Una investigación realizada por la consultora internacional Mark & Spencer, arrojó cifras sorprendentes: una persona ocupa más de 10 meses y medio de su vida frente a su guardarropas pensando, buscando y rechazando prendas, calzado y accesorios hasta decidir qué ponerse. El estudio fue desarrollado sobre 2.000 hombres y mujeres de entre 18 y 60 años y aseguró que, si bien los hombres también lo hacen, somos las mujeres quienes más consumimos allí nuestro tan preciado tiempo.

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Por eso, la Asesora de Imagen Kiki Fernández nos trae algunos puntos que viene bien tener en cuenta a la hora de ordenar el guardarropas:
Si el objetivo es optimizar el momento de vestirnos cada mañana restando además dudas e inseguridades, hay dos factores que debemos considerar: en primer término la elección de las prendas, complementos y accesorios que van a ocupar un lugar en nuestro guardarropas y, como segundo punto, la organización puramente dicha.

Empoderada al fin
Conocernos, saber qué nos gusta, qué nos queda bien y qué prendas son funcionales a nuestro estilo y actividades, nos permitirá no dejarnos llevar por el primer impulso frente a una vidriera -¡o al empujón de la vendedora!- y hacer las compras más inteligentes para nosotras en este momento de nuestras vidas.
Tal vez el modelo de pantalón tan de moda o el vestido que vimos en el Instagram de una famosa no era lo mejor para nosotras y no debe ocupar ese valioso espacio…

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Y como no hay nada más tranquilizador que encontrar lo que buscamos cuando estamos apuradas, aquí vienen los consejos. ¡Manos a la obra!
• Sé sincera con vos misma: ¿realmente vas a volver a ponerte eso que no usás desde hace más de un año? Ya sea porque pasó totalmente de moda, porque ya no vas a regresar a ese talle o por el motivo que sea, separá lo que no pensás usar.
• Hacete esta pregunta con cada prenda: ¿está acorde con la imagen -social o laboral- que quiero transmitir en este momento de mi vida? Si la respuesta es sí ¡adelante!
• Dejá a mano la ropa de la temporada y más cerca, la que más usás. Guardá las prendas de otras estaciones y los vestidos de fiesta en espacios más alejados.
• Separá por tipo de prenda: todas las blusas, todos los blazers, etc. Y dividí en cajones diferentes las remeras de manga corta y musculosas, de las de manga larga: ¡dobladas son todas iguales!
• Vas a encontrar ropa que ni recordabas que tenías y quizá hasta sin estrenar: tratá de encontrarle el equipo perfecto.
• Los accesorios son muy importantes en el vestuario: colgalos en el interior de una de las puertas o guardalos separados en bolsas o cajitas para no perder tiempo en desenredarlos cuando los necesites.
• No permitas que los zapatos se pisen! Si no disponés de un espacio especial para ellos, guardalos en la misma caja en que los compraste y escribí en la tapa qué calzado contiene.
• Pensá en la posibilidad de encargar arreglos a una modista para “salvar” prendas clásicas y de buena calidad. Un simple ruedo, por ejemplo, puede cambiar absolutamente cómo nos luce un pantalón, una falda o un vestido.
• A todos nos pasa: tenemos ropa que amamos pero está realmente “viejita” o en mal estado. Es hora de agradecer los buenos momentos que compartimos y despedirnos de ella.
• Doná la ropa que ya no uses y que está en buenas condiciones. Eso que te quedó chico o que no va con tu estilo hoy, puede ser de gran ayuda para otro!
Finalmente, lo mejor es armar y guardar en nuestras cabezas o en la memoria del celular, las fotos de los posibles equipos incluyendo calzado y accesorios. Por supuesto considerando que una misma prenda nos da la posibilidad de crear varias combinaciones. A futuro, solo nos restará pensar cuál de esos outfits es el más adecuado para ese día según la actividad que vamos a realizar, el clima y nuestro humor. Lo decidimos mientras nos damos un baño ¡y listo!
Kiki Fernández es Asesora de Imagen Personal, Profesional y Corporativa.
@kikifernandezimagen
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