Bruxismo: el problema bucal que crece en cuarentena

¿A qué se conoce como bruxismo?

El Bruxismo (BRX) se define como un trastorno caracterizado por la alteración de los movimientos bucales normales, acompañado por otros no funcionales que conllevan a apretar y/o rechinar los dientes y contracturas de 1 o más grupos musculares que participan en la masticación.

La sobrecarga del sistema estomatognático, causada por este trastorno, tiene efectos perjudiciales sobre los componentes del sistema: dientes, articulaciones temporomandibulares y músculos relacionados.

¿Cómo surge este trastorno?

En la actualidad, los especialistas difieren sobre las causas que originan el bruxismo, aunque apuntan al estrés como el principal desencadenante; de todas maneras, existen otros factores que pueden contribuir a su aparición: el tipo de alimentación que sigue el paciente, los hábitos del sueño, la alineación de los dientes (especialmente si ésta es inadecuada) y la incapacidad para relajarse.

Cada caso es diferente y, por lo tanto, las causas pueden diferir acorde a la situación.

Por qué el bótox puede ser una solución para el bruxismo

¿Se puede padecer a cualquier edad?

Este trastorno puede afectar a adultos y niños, de día o noche; sin embargo, el caso de los chicos se considera menos relevante, suele darse entre los 4 y 6 años de edad. Es especialmente frecuente en personas entre los 17 y 40.

¿Qué consecuencias trae si no recibe un diagnóstico a tiempo?

Independientemente de la edad, el bruxismo nocturno tiene como consecuencia inmediata el desgaste del esmalte dental y de los propios dientes, pudiendo llegar a producir la fractura de alguna pieza. También las encías sufren: pueden inflamarse y causar la movilidad de algún diente.

La tensión en las mandíbulas tienen, además, repercusiones en nuestro estado de salud general (molestias en las mandíbulas, dolores de cabeza y cervicales o desgastes en las piezas dentales pueden ser claros indicadores que se padece Bruxismo). 

El bruxismo es especialmente frecuente en personas de entre 17 y 40 años

Si no se recibe un diagnóstico a tiempo, el Bruxismo es un trastorno que afecta tanto a los músculos de la masticación como a la articulación Temporo Mandibular (ATM), que conecta la mandíbula inferior al cráneo, generando sobrecargas de la misma.

Por este motivo, es habitual que los pacientes que padecen este trastorno sufran también insomnio, dolores de cabeza, de oído o cervicales. Además son frecuentes las molestias para abrir la boca, masticar o hablar con normalidad.

¿Por qué aumentaron los casos de bruxismo durante la cuarentena? ¿A qué se debe?

En cuarentena se ha incrementado este trastorno debido a cuadros de estrés, depresión y ansiedad.

¿De qué forma se puede tratar? ¿Cuánto dura el tratamiento?

Si bien el Bruxismo en estados iniciales pasa en muchas ocasiones desapercibido por la persona que lo padece, una vez diagnosticado el tratamiento es relativamente sencillo.

No se pude controlar pero, gracias a la colocación de una férula de descarga que se realiza a medida de la boca del paciente, se podrá restablecer el equilibrio de la carga masticatoria y se disminuirá la tensión ejercida en las mandíbulas. Su acción es compatible con sesiones de fisioterapia, en la que el especialista elimina la tensión acumulada en la articulación ATM, devolviendo la movilidad a la mandíbula y disminuyendo las molestias para hablar o masticar con normalidad.

En personas con gran desgaste de las piezas dentales son habituales los tratamientos de rehabilitación con Coronas y Carillas: de esta manera se devolverá la estética y la funcionalidad a su sonrisa.

Si se sufre estrés de manera regular que originan episodios de Bruxismo, lo ideal es acudir a un especialista que colabore a gestionar los mismos de la mejor manera.

Además, aquellos pacientes que padecen esta afección deben evitar alimentos que supongan un esfuerzo de masticación, demasiado duros o pegajosos o estimulantes, especialmente los que contengan cafeína y teína, para evitar molestias a la hora de conciliar el sueño.

Dadas las consecuencias de este trastorno, está recomendado el empleo de pastas de dientes específicas para la sensibilidad dental, así como mantener unas rutinas de higiene rigurosas. 

Los tratamientos empleados tienen la finalidad de limitar el daño sobre diferentes estructuras biológicas, especialmente la articulación (ATM), oclusión irreversible, interposición de férulas, tratamiento farmacológicos y/o terapias cognitivas, así como el empleo de toxinas botulínica tipo A (TB-A). Ésta última protege las estructuras orofaciales (dientes, músculos mandibulares, ATM) del daño inducido por el Bruxismo, al tiempo que alivia el dolor y los síntomas asociados con la excesiva contracción muscular; debe considerarse más un tratamiento sintomático que etiológico.

En los últimos años, hemos tenido muy buenos resultados con las inyecciones Botulínicas tipo A (TB-A) en los músculos hipertrofiados o con contracciones potentes. Induce la relajación en aquellos en los que se aplica y el efecto puede verse luego de 2 a 4 días de haber sido colocada la inyección inicial. 

La duración de los efectos beneficiosos pueden alcanzar hasta 6 meses cuando se realiza por primera vez y podría ser más duradero si se siguen aplicando nuevas dosis de TB-A periódicamente.

Una gran promesa son las férulas de estabilización oclusal impresas 3D para Bruxismo, fabricadas digitalmente: son más flexibles, permeables y cómodas. Se pueden personalizar para que tengan mejor adaptación.

Son prescritas a personas que tienden a apretar o rechinar los dientes; por lo general, se usan por la noche y aunque algunas personas las toleran bien, a otras les resultan menos cómodas.

El tratamiento con férulas duras está científicamente reconocido, tiene un bajo riesgo de efectos secundarios y se usan comúnmente en todo el mundo.

 

at Dra. Adriana Chiavazza