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MODA | 11-01-2013 11:27

Ropa de chicos: máximas ventas, mínimo tamaño

Apenas gatean y ya son clave en el mundo de la moda. Los bebés son grandes consumidores de ropa, aun siendo tan pequeños. Es que la tentación de vestirlos con prendas hermosas desarma cualquier resistencia a la hora de comprar.

Por Mónica Vallejos (dpa)

BUENOS AIRES (dpa) -  Da igual si esa indumentaria mínima cuesta fortunas que no se amortizarán, ya que apenas la usan un par de veces y se mancha o resulta demasiado chica. La moda infantil, y en particular la de bebés, es el ejemplo superlativo de lo efímeras que son las tendencias y de cómo el sistema de la moda implica una constante renovación.

Así y todo, el gustito por el diseño de marcas famosas se mama desde la más tierna infancia. En la última década, las etiquetas internacionales de indumentaria ampliaron su oferta incorporando colecciones infantiles a sus propuestas. La más reciente fue Gucci, cuya campaña de primavera encarnaron Jennifer Lopez y sus mellizos. Adolfo Domínguez fue un precursor al lanzar una línea para niños en 2000, y otras marcas que vienen expandiéndose exitosamente son Ralph Lauren Baby y Armani Junior.

Al igual que en el mundo de la moda adulta se genera más diversidad de indumentaria para la mujer que para el hombre, también en talles infantiles hay más  prendas y diseños para el sexo femenino que para el masculino.

"Para las bebas hay más variedad ya que existen más tipologías (vestidos, faldas, pantalones, bermudas, entre otras) para vestirlas. El uso de color es ilimitado, mientras que para los varones se utiliza una paleta más reducida. De todas maneras, al poder recurrir a las estampas, texturas y diferentes técnicas, se abre aún más el abanico de posibilidades", señalan en Gimos, marca argentina de indumentaria para niños de cero a 12 años que exporta diseños y productos  a varios países de América Latina.

Pero también influye la afición materna por el diseño y la novedad. "Más allá del crecimiento acelerado de los pequeños -que requiere el cambio continuo de prendas-, la necesidad de moda de las madres se traslada a las niñas, y genera un mayor requerimiento de actualizar el vestuario que en el caso de los varones, que en general se visten más clásicos", indican en Viva la Pepa. La colección actual de esta etiqueta argentina de diseño de autor para niños es un tributo a la fallecida cantautora María Elena Walsh, famosa por sus obras infantiles.

Por otra parte, las mínimas prendas tienen infinidad de etiquetas, hasta cinco en un gorro para bebé de 60 días. Es que el mercado exige que se exhiban países de importación, fabricación, cifras de identificación fiscal y, por supuesto, talle.

Ahí surge otro problema. Andy Nistal, diseñadora y creadora de Viva la Pepa, explica que "las prendas se numeran según una nomenclatura internacional de medidas, por edad, y los talles 2, 4, etcétera se refieren a una edad promedio, en base a pesos y medidas estandarizadas. De todas formas, y a fin de acertar,  lo mejor es que la vendedora pregunte por altura o peso de la criatura".

En la marca Owoko, "las prendas se numeran por rango de edad: talle XXS va de 0 a 3 meses, XS de 3 a 6 meses, y así sucesivamente. Nuestras medidas están basadas en la tabla de medidas de la Sociedad Argentina de Pediatría en el promedio de percentil (50). En base a eso, la vendedora pregunta a la madre si el bebé está por encima o debajo de la media".

Owoko es una etiqueta argentina que nació en España, al presentarse en 2004 en la feria de ropa infantil FIMI, en Valencia. Su diseño colorido y llamativo quebró con la tradicional estética de indumentaria para niños -de rosa y celeste, puntos y flores-. Mediante dibujos y estampas, las colecciones narran historias de fantasía con seres mágicos (owokos) que tienen poderes para cumplir sueños. Actualmente se comercializa en Argentina, Paraguay y Chile, y este año llegará a Colombia.

En lo que se refiere a géneros y fibras, todas las marcas privilegian el algodón para cuidar la piel sensible y suave de los más pequeños. En el caso de Cheeky, etiqueta infantil famosa en 10 países de América Latina, tanto el algodón peinado como el Pima son la fibra exclusiva de las prendas para bebés de hasta seis meses de edad.

En cuanto a la estética, suele prevalecer sobre la comodidad, como tantas veces ocurre también en la indumentaria para adultos. Pero hay un problema. El bebé no dice "me pica" o "me molesta el peso de esa estampa sobre el pecho". Por eso conviene evaluar dos veces la adquisición de un enterito lleno de figuras de goma aplicadas a la tela, o bordados que no tengan entretela.

¿Y el juego? Hay prendas lúdicas que posibilitan que el niño se divierta con ellas, confiriéndoles así una doble función. Viva la Pepa apela a ese recurso en pequeños detalles, y sólo a modo de sorpresa, como colgantes o muñecos que el niño puede despegar y volver a pegar.

Owoko concibe "las prendas como objetos de diversión que abren las puertas a que los chicos disfruten de un espacio de imaginación, magia y fantasía". "Con las diferentes prendas, los niños pueden jugar e interactuar con los personajes que surgen del cuento, utilizando también los elementos lúdicos incorporados a la ropa: sonidos, luces, tintas iridiscentes, movimiento, piezas intercambiables, entre otros". Todas las prendas incluyen un cuento de la colección de Owoko que los padres pueden leer a sus hijos.

Finalmente, Gimos "se caracteriza por poner como primer objetivo la diversión. Tiene mucho juego de colores y  apostamos a lo lúdico a través del gran desarrollo de estampas. Para eso desarrollamos técnicas novedosas como ‘glow in the dark’ (prendas que brillan en la oscuridad), perfumadas, glitter, flúo y apliques de todo tipo", indican sus diseñadores.

Prendas para jugar, para hacer sonreír a los padres, para asustar con dibujos de dragones, o para sumarle estilo a un bebé. Todas tienen lugar en el vestuario infantil y en el sistema de la moda.

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