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DECO | 12-02-2013 09:04

Dos vidas en un instante

Pasado y futuro juntos: a una casa de estilo eduardiano, en Sudáfrica, se le sumó una moderna construcción de madera y vidrio. Fotos.

Atravesar los amplios jardines bajo la imponente magnolia que precede esta mansión eduardiana en el suburbio de Kenilworth de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, es una experiencia que sugiere un viaje en el tiempo hacia el pasado. Todo, hasta que nos topamos con el espacio adyacente a la piscina, es una discreta estructura de madera y vidrio de proporciones acotadas cuya simplicidad y claridad de diseño nos hablan de futuro.

El conjunto constituye un claro juego de contrastes. Sí, pasado y futuro conforman una única casa. Y es una demostración de que las cuestiones de la armonía y el maridaje no son únicamente una temática de la gastronomía. Lo sorprendente es que estas dos  construcciones coexisten alegremente en la misma propiedad. El resultado es descripto por el arquitecto Bert Pepler como una “interesante dinámica”, especialmente a partir de la vista desde el exterior.

Desde la calle, lo que se ve es un conjunto de construcciones modernas de la década del etenta, tan significativas desde el punto de vista arquitectónico que este año fueron visitadas por un grupo de maestros de arquitectura para revalorar sus cualidades de  diseño. “Normalmente, la gente no quiere combinar lo contemporáneo y lo tradicional”, dice Bert. “O uno u otro”, dice. Pero Garth y Nina Holmes estaban abiertos a explorar cosas diferentes.

“A Garth le gusta el diseño moderno y, al principio del proyecto, propusodemoler la casa antigua  y construir todo nuevo, paro a Nina le gustaba la casa como estaba. Por lo tanto, se nos ocurrió desarrollar una construcción moderna para  Garth en el jardín, un pabellón ubicado casi pegado a la residencia principal que pudiese  ser el área de entretenimiento, la casa de huéspedes o un sitio donde los niños tuviesen  su propio lugar”.

No es difícil darse cuenta de por qué Nina se enamoró de la casa: a pesar de que la construcción original ha padecido una cantidad de modificaciones de diverso estilo, tiene muy buena estructura; grandes habitaciones bien proporcionadas con techos altos y  generosos ventanales, una gran escalera, anchos pórticos y ventanas de metal muy bien  conservadas. Aun así, fue preciso hacer una cantidad de trabajos.

“La casa estaba casi en estado de abandono –dice Nina–. En la cocina podía verse la tierra debajo de los pisos  de madera. Alguien había puesto algunas ventanas de aluminio, gruesos tirantes de madera en el living y oscuras tejas sobre el porche del piso superior. Sin embargo, la  estructura en sí era magnífica y nos sentimos impulsados a rescatarla de todas estas  atrocidades cometidas por los sucesivos propietarios”.

Fue una larga y laboriosa renovación, pero gradualmente se fueron revelando las características originales. Una flor de lis en la fachada del frente había quedado oculta  bajo cubiertas de madera. Cielorrasos machimbrados ocultos detrás de paneles de madera. Un hogar a leña oculto detrás de una alacena. Para preservar el estilo de la casa,  Bert introdujo elementos eduardianos tradicionales tales como placas de mármol con frisos en forma de diamante en blanco y negro en el porche y alacenas con molduras típicamente eduardianas en el baño y en la cocina.

El interior recibió un gran aporte  gracias a la importante colección de piezas de arte de Garth. Estas incluyen esculturas de artistas sudafricanos. Nina es también una artista consagrada. Garth tiene muchas de sus creaciones. La colección de arte de la familia  completa el panorama.

Mirá todas las fotos haciendo click aquí.

Texto: Hilary Prendini.

Producción: Jeanne Botes.

Fotos: Daniela Greg Cox/H&L;

Surpressagency.com.

Nota publicada en el suplemento Home del diario PERFIL.

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