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ACTUALIDAD | 25-10-2015 11:13

Los ‘jóvenes vintage’ rescatan los hábitos de otras generaciones

Organizan salidas a comer en cantinas y bodegones, recorren bares notables para conocer la historia de cada lugar, juegan al billar o se suben a un ring de boxeo.

Por Josefina Hagelstrom, publicada en la edición impresa de Diario Perfil

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Cinco entradas, nueve platos principales y seis postres pidieron Matías Pierrad (33) y sus amigos del Antigourmet, la última vez que fueron a comer a la cantina Il Vero Mangiare, en Villa Crespo. Fue, dicen, su récord hasta ahora. Es que para este grupo de amigos de Junín, ir a comer a bodegones es un hábito que hace un año y medio convirtieron en algo más: todos los miércoles van a un lugar distinto, prueban sus platos, hablan con los dueños, los mozos, y comparten las reseñas que escriben con sus más de veinte mil seguidores.

“Buscamos lugares honestos, en la comida, en los nombres de los platos, en sus precios e historia. Venimos del interior, y nos hacía falta recuperar costumbres o formas de sociabilizar que en lugares como Palermo no encontramos; ese trato donde te conocen y saben qué te gusta comer”, cuenta Pierrad.

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Así, lo que para ellos empezó como un hobbie y se convirtió en hábito es reflejo de algo que pasa cada vez más con los jóvenes de hoy. Un volver a las raíces, recuperar viejas costumbres, donde lugares y deportes con historia, como el boxeo, el billar, los bares notables, el vermut y los bodegones vuelven a estar de moda. Como los Antigourmet, existen otras propuestas, como Bodegones Nights, un “colectivo bodegonero”, que una vez al mes “recorren los boliches del barrio, cenan abundante y rico”; y 54 Bares, una propuesta similar, pero que recorre bares notables.

Nueva cara. Con nuevos paños, mesas refaccionadas, nueve mesas de billar y seis de pools en el subsuelo, Los 36 Billares, bar notable que abrió sus puertas en 1894, se renovó por completo. Así, también renovaron el público que se acerca. “El cambio atrajo gente que se mezcla con los habitúes que jugaban en la mítica sala. Vienen chicas y chicos jóvenes, hacen campeonatos, y si bien es más habitual que se inclinen por el pool, al estar las salas juntas muchos después se pasan a jugar al billar”, dice Fabián Olivetto, campeón nacional y billarista de Los 36 Billares, que arrancó con su pasión por el deporte a los 13 años y hoy la comparte con su hijo Valentín, de 11.

Algo parecido pasa con el Café San Bernardo, en Villa Crespo, donde los martes ya es un clásico de los campeonatos de ping pong que los jóvenes organizan, donde se mezclan con las mesas y los jugadores de siempre de billar.

Con el boxeo pasó algo similar: en los últimos años, las novelas como Campeones y Son amores, que le dieron difusión, y el fenómeno de Maravilla Martínez, ayudaron al auge que hoy vive, con clubes en expansión, torneos locales y cada vez más mujeres que lo practican.

“El boxeo volvió a meterse de lleno en la sociedad, y es justo porque es el deporte que más medallas olímpicas le dio al país”, dice Marcos Arienti, dirigente de la Liga Metropolitana de Boxeo. Y usa como estadística lo que ve todos los días en el Almagro Boxing Club –donde está hace veinte años–, que pasó de tener un solo horario de clases, para treinta personas, a abrir todos los días de 7 a 12 de la noche, con varios turnos y más de 400 socios.

“Hace dos años hicimos una reforma y cambiamos todo menos el ámbito del ring, que se mantiene exactamente como era originalmente, porque para nosotros el valor de la historia es muy fuerte. Acá se entrenó Monzón, vinieron todos los boxeadores del mundo, y ésa es la identidad que queremos mantener y nos diferencia de todo auge moderno”, dice.

La carne y el asado, también

Entre los argentinos, el ritual del asado es y será un clásico que atraviesa todas las generaciones. Desde saber elegir los mejores cortes, a compartir entre amigos la preparación.

En ese contexto surgen cada vez más eventos con la carne y el asado como protagonista. Cinzano organizó Carne y Vermut, en el marco de una serie de un ciclo que busca revalorizar actividades como el automovilismo, el boxeo, todas ligadas al vermut. O como Banquete Nerca, que se realizará el próximo jueves en un galpón industrial de Villa Crespo, con un banquete inspirado –desde las entradas hasta el postre– en la carne y sus cortes.

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