Quizás algunos pensaron que la primera dama que siguiera a Carla Bruni iba a cultivar un perfil bajo. Sin embargo, estaban equivocados. Valérie Trierweiler, la pareja del presidente francés François Hollande está en la mira de la prensa.
Perfilando deseos
Hace poco se publicó una biografía sobre ella, La frondeuse, y la primera dama dijo que se basa en "rumores no confirmados que buscan perjudicar a su persona y a sus allegados", por lo cual inició una demanda. En el libro, escrito por Christophe Jakubyszyn, se aborda la vida profesional de Trierweiler y el principio de su relación con el ahora presidente, François Hollande, y se incluyen de manera anónima confidencias sobre su pasado sentimental.
Según el libro, Trierweiler tuvo un affaire con un ex ministro de Nicolas Sarkozy, Patrick Devedjian, entre los años 2000 y 2003. En esa época todavía estaba casada con su segundo marido Denis Trierweiler. "Ambos estaban comprometidos y tuvieron miedo de cambiar su vida", afirma Jakubyszyn, que también asegura que fue la "demora" del ex ministro para decidirse y la aparición de Hollande a la vida de Trierweiler lo que hizo que la pareja rompiera.
Los papás de hoy
No es la primera vez que la primera dama acude a la justicia. El pasado septiembre, ganó la denuncia que presentó contra la revista VSD por haber publicado fotografías suyas en bikini durante sus últimas vacaciones.
El fantasma y el reggaetón
En aquella ocasión el Tribunal de Gran Instancia (TGI) hizo prevalecer el derecho a la imagen y la preservación de la vida privada, pese a que el abogado de la revista había considerado que la difusión de ese tipo de fotos forma parte de la "tradición" presidencial.
Valérie Trierweiler, separada en dos ocasiones y madre de tres hijos, conoció a Hollande cuando tenía 23 años y estudiaba Historia y Ciencias Políticas en La Sorbona. Fue en el año 2006 cuando la ex mujer de Hollande, la también socialista Segolene Royal, se enteró del romance de su marido con Valérie, aunque no fue hasta cuatro años después cuando la relación se hizo pública, cuando Hollande anunció en una revista que "había encontrado a la mujer de su vida".
Es la primera vez que una primera primera dama de Francia no está casada, un reto para el protocolo que podría privarle de realizar algunas visitas al extranjero o de acudir a algunas recepciones oficiales en Francia.
Su carrera como periodista política en Paris Match y en la cadena de televisión Direct 8 la convirtieron en una gran conocedera de los entresijos de la vida política francesa. Una encuesta del Instituto Francés de Opinión Pública señala a la pareja socialista como la más popular del país, con un 40% de aceptación, en comparación con el 26% de Sarkozy-Bruni.
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