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ACTUALIDAD | 01-11-2015 10:24

Los chicos eligen qué, cómo y cuándo ver sus programas favoritos

Desde los tres años, son gerentes de su propia programación: manejan dispositivos, usan Netflix y YouTube y no conciben que la tevé les diga qué ver.

Por Rosalía Draletti (*)

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Gabriel Limonta no tiene cuatro años y ya maneja su propia lista de favoritos en Netflix desde el mini Ipad que le regalaron sus padres. Aunque aún no lee, obviamente, sí elige las series y dibujos animados que quiere ver en cada momento del día: el Hombre Araña, Toy Story, o los videos de su favorito, Diego Topa. Su padre, Sergio, se sorprende: “No mira nada de televisión por cable. A él le gusta poder seleccionar e ir variando los programas a su gusto. No sé en qué momento pasó, pero ya lo tiene incorporado y maneja esas plataformas como algo natural”, dice. Benicio, de 7 años, directamente no concibe los horarios fijos de los programas de cable: “El se levanta y ya se conecta a Netflix para seguir viendo la serie que empezó el día anterior, no entiende cómo tendría que esperar para ver lo que quiere”, observa Bárbara, su mamá.

Es para los más chicos, el fenómeno de la programación on demand –elegir los contenidos en forma personalizada– ya es un comportamiento natural: hoy son ellos los que eligen qué ver, a qué hora, en qué dispositivo, y tienen sus propios usuarios junto con la familia en los programas de descarga y streaming de películas.

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“Los chicos que son nativos digitales ya no comprenden la distribución de contenido en una determinada hora y para todos igual. Ese corte es absolutamente generacional: los adultos aún vemos televisión, pero desde los 17 años para abajo, ellos son los gerentes de su propia programación”, indica Marcos Gorban, productor y docente de la Universidad de San Andrés. Las compañías de cable lo saben, y desarrollan estrategias especiales para el sector infantil (ver aparte). Así es que, para ellos, no existen límites a la hora de elegir: lejos de la época en que los programas infantiles definían a una generación, hoy ellos investigan y vuelven a ver películas y series clásicas que ya no están en la pantalla tradicional. Por eso Benicio redescubrió la tira Pokemon varios años después de su auge.

Rol familiar. También Isabella Gallardo, de tres años y siete meses, elige su propia programación en YouTube. Según cuenta su familia, sabe abrir la aplicación y selecciona sola los capítulos de Peppa Pig y Backyardigans que más le gustan.

Esa nueva forma de consumir contenidos viene acompañado de cambios en la dinámica familiar. Cuenta Roxana D’Ambrosio, mamá de Carolina (12), es ella la que empezó a hablar de los servicios como Netflix y que conectó al resto de la casa. Además, como hoy son ellos los que investigan en internet y eligen qué ver, algunos padres señalan la necesidad de “usar filtros de seguridad” para evitar contenidos inapropiados. “Hoy en nuestra cultura se observa una cierta inversión de los roles: los padres tienen menos habilidad tecnológica que los hijos y hay una pérdida de la asimetría lógica que se genera en el ámbito familiar”, opina Felisa Widder, médica psiquiatra y psicoanalista. “Ellos tienen más dispositivos y manejo tecnológico y, a veces, los padres están muy ocupados. Eso genera más independencia con sus pros y sus contras, y el chico comienza a decidir qué se ve, qué se hace o a qué se juega”, concluye.

Clientes demandantes

Para las empresas de cable y productoras infantiles, la forma de consumo de los chicos llevó a nuevas estrategias para captar a estos “mini-programadores”. Según indica a PERFIL Gonzalo Hita, gerente comercial de Cablevisión, el 23% del contenido disponible hoy en on demand es infantil, y por eso trabajan en generar nuevos servicios para el segmento. “Es nuestro principal desafío a futuro”, asegura. Además, compañías como Disney desarrollaron aplicaciones para dispositivos móviles, como Disney Junior Play, con juegos relacionados a sus programas, y ofrecen sus películas en servicios de streaming como Netflix. También incorporan a las redes sociales sus canales oficiales con los mismos programas que ofrecen en el cable tradicional. También replican en formatos en vivo esos contenidos. En las obras teatrales basadas en su programación, las estrellas del canal instan a los chicos a buscar los videos en YouTube.

(*) Publicada en la edición impresa de Diario Perfil.

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