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ACTUALIDAD | 15-02-2013 07:27

Blackberry Kids: chicos con agenda completa

Detrás de un cuadro de obesidad, de anorexia, de pánico, de angustia o de trastornos de conducta, se esconde un chico con sobreexigencia.

Por Mónica Cruppi (*)

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Muchas de las angustias actuales se hallan relacionadas con el empleo, el trabajo, el futuro y  la seguridad económica. La falta o el déficit de los mismos trae aparejado mucho sufrimiento y temor. Los adultos preocupados por esta situación  apuestan a la salud y educación  para el futuro de sus hijos.

Es así como muy tempranamente comienzan el camino de desarrollar las potencialidades del niño a través de las distintas posibilidades que ofrece la cultura.

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Los especialistas alertamos sobre las exageraciones, ya que frecuentemente encontramos que, detrás de un cuadro de obesidad, de anorexia, de pánico, de angustia o de trastornos de conducta (mentiras, violencia), se esconde un chico con agenda completa.

¿Qué quiere decir un chico con agenda completa?

Se trata de un niño que además de su escolaridad desarrolla diferentes actividades destinadas a ampliar el marco de sus posibilidades futuras, en deterioro de su actividad lúdica y de ocio.

Con frecuencia, los pequeños durante la entrevista psicológica se quejan y dicen “estoy cansado, no tengo una vida”, o “ya no los aguanto, son insufribles”, refiriéndose a sus padres, o “me quiero morir, ya no soporto más”.

Hay niños  que tienen su agenda completa y no cuentan con tiempo para jugar, alimentarse y descansar las horas necesarias para poder prestar atención en clase adecuadamente, y que presentan un distress importante.

La sobreexigencia no lleva al éxito sino que la mayoría de las veces remite a la frustración, a la  depresión, al desamparo y a la infelicidad.

El niño como tal necesita de su espacio lúdico y de sus amigos. Es en el juego que el niño crea su mundo propio, su intimidad y también reordena las cosas de su universo en una nueva forma que le agrade y experimenta placer al unir sus objetos y situaciones imaginarias con las cosas tangibles y visibles del mundo real.

Al jugar los niños proyectan sus miedos, angustias y problemas internos al exterior y los dominan con la acción. El juego expresa una variedad importante de situaciones emocionales. El juego prepara al niño para sus actividades adultas. Es a partir del mismo que desarrolla su potencial, su imaginación y su actividad creadora.

El niño para ser feliz necesita ser respetado en sus tiempos, tiene derecho a estudiar, a jugar, al descanso y al ocio.

* Psicóloga especialista en niños y adolescentes. Miembro de APA.

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