Por Sabine Meuter (especial de la agencia DPA)
Puede servir colocarse rodajas de pepino frías o hacerse una "miniterapia" con gafas refrescantes o cucharitas recién retiradas del refrigerador. Se supone que colocar cualquiera de esos objetos debajo de los ojos ayuda a desinflamar la zona. Pero, ¿qué hacer cuando las ojeras son una cuestión permanente que, encima, toma un color violeta-azulado, marrón o rojizo?
Cuando el problema se vuelve persistente y para colmo de males, empeora, lo mejor es revisar las causas.
"Sucede que la piel que circunda los ojos es particularmente delgada", explica el dermatólogo Markus Steinert. Como la hipodermis allí es mucho menor, la zona es más traslúcida y los vasos sanguíneos se ven más que en otras zonas del cuerpo. Además, con el paso de los años el tejido adiposo se vuelve incluso más frágil.
Ahora bien, las ojeras pronunciadas pueden tener causas genéticas y, por tanto, aparecer a una edad temprana.
Otro de los disparadores puede estar en la vida poco sana. Un modo de notarlo es cuando las ojeras tienen una arruga muy pronunciada de color azul-negruzco. "En ese caso, puede que no se esté bebiendo suficiente agua de calidad, que falten horas de sueño o que no esté comiendo suficiente frutas y verduras", observa la farmacéutica Ursula Sellerberg.
Una ayuda pueden ser las cremas con urea, ácido hialurónico o extracto de aloe vera. Lo importante es no hacer demasiada presión sobre las ojeras al colocar la crema.
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Otro punto: Nunca intentes resolver el problema con saquitos de té fríos porque pueden generar reacciones alérgicas. Si querés ocultarlas, recurrí mejor a los tapaojeras o "concealer", que suelen ser útiles hasta en casos severos. Al comprar estos productos procurá buscar un tono más claro que el de tu piel o que el de la máscara que solés utilizar.
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Si el problema se mantiene pese a los cuidados, podés consultar a un médico para que vea, a través de un análisis sanguíneo, si te falta hierro o alguna vitamina. Hay casos, en los que las ojeras pueden ser síntoma de una falencia tiroidea o renal o manifestación de una alergia.
Otro motivo puede ser un mal funcionamiento linfático. Esto suena más preocupante de lo que es, ya que puede solucionarse con un drenaje manual o mecánico que puede hacer una cosmetóloga con buena formación.
A veces las ojeras se expanden mucho, cuelgan y hacen que se note una acumulación de grasa debajo de los ojos. En esos casos se puede optar por una intervención quirúrgica para reducirlas. También existen tratamientos con ácido hialurónico que por lo general son indoloros y apuntalan esa zona de la tez del rostro.
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Otra opción son los tratamientos con láser, útiles cuando las ojeras son consecuencia de una sobreproducción de pigmentación. Tené en cuenta, sin embargo, que ese tratamiento puede tener efectos colaterales como sangrados o hinchazón en las zonas tratadas. De todos modos, esos inconvenientes deberían desaparecer, a lo sumo, en dos o tres semanas después de la aplicación.
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