El envidiable guardarropas de Michelle Obama se ha convertido en un ícono de la gestión de su marido. Pero, ¿quién paga por esas costosas prendas? Porque aunque la primera dama sea conocida por usar ropa de marcas low-cost, lo cierto es que también se viste con grandes diseñadores y con precios que pueden elevarse hasta las cinco cifras.
Perfilando deseos
En las últimas semanas, por ejemplo, Michelle cautivó al público con un vestido verde estampado de Naeem khan en la apertura de una galería del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Ni hablar del vestido color plata de Marchesa que usó en la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y del hermoso traje camisero floreado que lució para el té del día de la madre que, aunque reciclado de otro evento, brilló como un estreno.
Se necesita un interesante presupuesto para lograr semejante impacto. Sólo esos tres vestidos pueden costar más de 15 mil dólares sin contar zapatos y joyas.
Los papás de hoy
Es probable que sea la misma Michelle quien se haga cargo de parte de estos gastos. Aunque seguramente tampoco pague el precio completo. Lo que sí se sabe es que nunca pide prestado. De cualquier forma, el misterio es cómo hace la señora Obama para hacer frente al nivel de gastos que implican sus consumos de estilo, dignos de un ícono de la moda.
El fantasma y el reggaetón
La financiación del guadarropas de la primera dama es un tema que la Casa Blanca se resiste a discutir y que viene persiguiendo a todos los presidentes y a sus esposas desde hace siglos. Es paradójico porque se espera que las primeras damas se vistan bien, pero el trabajo no viene con un subsidio para la ropa o un salario.
Al parecer, para el look cotidiano su asistente personal va siempre detrás de los descuentos, promociones y liquidaciones. Y para las grandes ocasiones, como las visitas de Estado, la primera dama puede aceptar prendas de diseñadores como regalos y dejarlas como bienes del Archivo Nacional. Ya con esto Michelle se ahorra unos cuantos dólares, lo que no se sabe es cuántas veces se viste con ropa donada, aunque la Casa Blanca asegura que ella prefiere comprarse la mayor parte de su ropa.
Entre los vestidos donados y usados por Michelle, se encuentran dos trajes realizados por el diseñador Jason Wu, un vestido azul de Carolina Herrera y otro de Nameen Khan que ahora se exhibe en el Museo de Historia Natural.
Un traje de alta costura realizado por encargo y a medida sale una pequeña fortuna. El que Hillary Clinton usó para la asunción de su marido en 1993 costó alrededor de 50 mil dólares, por ejemplo.
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Los diseñadores elegidos por Michelle prefieren evitar dar detalles acerca de los arreglos económicos, pero se estima que el prestigio que supone ser uno de los favoritos de la primera dama implica descuentos sustanciosos. Eso sí, deben estar en línea con los ofrecidos a otros clientes para no considerar la prenda como un regalo.
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El reciclaje y la rotación es otro de los recursos utilizados para reducir los gastos en ropa, aunque, claro, se requiere de cierta maestría para evitar papelones y mantener siempre un look fresco.
Fuente: AP
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