Tuesday 30 de April de 2024
DECO | 29-10-2012 12:50

Terrazas a todo cielo

Un recorrido por este chalet de estilo clásico, con líneas sencillas y sutil belleza arquitectónica en Punta Ballenas, a solo 20 km de Punta del Este. Galería de fotos.

Dicen que conocer Punta Ballena es enamorarse casi de inmediato de su geografía y su espíritu: un calmo paisaje marítimo salpicado de cerros, atardeceres mágicos, tranquilidad. A menos de veinte kilómetros de Punta del Este y enclavado en el extremo oeste de la bahía de Maldonado sobre un acantilado rocoso, donde la rompiente forma cavernas, este paraje prolijamente urbanizado es una invitación al placer.

Esa fue la sensación que vivió y latió en la familia propietaria de este chalet de estilo clásico, líneas sencillas y sutil belleza arquitectónica, construido a su pedido expreso en 1996 –y estrenado en el verano de 1997– por el estudio de arquitectura de Facundo Fleitas. “Nos enamoramos de Punta Ballena, y cambiamos nuestra cabaña de Rincón del Indio por esta casa con vista al mar y a la puesta de sol. Aquí conocimos el verdadero calor del verano”, confiesa la dueña.

Al estar asentada en una ladera, la construcción sigue la melodía de ésta y se resolvió en tres plantas que a su vez se distribuyen en distintos niveles, siguiendo el declive del terreno. Las paredes de ladrillo a la vista natural por fuera y blanqueadas por dentro se combinaron con piedra extraída del lugar, lo que conjuga con los pisos de madera patinada en blanco.

Para acceder a la puerta principal se atraviesa un estanque por un pequeño puente. Allí se abre un ámbito atractivo, estival, marítimo, pero sobre todo, bello. En un primer nivel se ubican el comedor, la cocina y el lavadero. El hall de entrada se abre al amplio living que se desarrolla un par de escalones más abajo.

Y comienzan los desniveles: en un primer tramo de escaleras que descienden del living se ubica la suite principal, conectada a un escritorio; en un segundo tramo están el toilette, el dormitorio de huéspedes y el play-room. Y en el tercer tramo, en el nivel inferior, están los tres dormitorios de los hijos del matrimonio con sus baños, que vuelcan a la piscina. Lo que se  concibió años atrás como cuartos de los chicos hoy se convirtieron, ya adultos ellos, casi en suites matrimoniales.

Debajo de la cocina hay un cuarto de servicio en suite con salida al exterior, que puede cumplir también la función de un segundo cuarto de huéspedes. Por su resolución aterrazada, la casa permite que todos los ambientes tengan vista al mar y salida directa al exterior a través de una ancha escalera de piedra. De este modo se puede acceder a cada uno dando total independencia a sus moradores. Lo que se dice, una casa abierta.

Textos: Gabriel Jacobo

Producción: Delfina Inchauspe

Fotos: Maru Tombacco

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