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ACTUALIDAD | 02-04-2016 16:23

Polémica por el uso de la web en los exámenes

Cómo y cuándo hay que permitir el uso de la informática en los colegios.

Por Enrique Garabetyan

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Aunque la PC ya cumplió treinta y cinco; la web, veintisiete, y los smartphones, la década, su uso en algunos campos todavía genera fuertes discusiones. El debate se enfoca en si se deben emplear, y cómo, estas tecnologías (TIC) durante el proceso educativo. Y es un duda global, que hace pocos meses llegó a la primera plana de diarios de Inglaterra y España, donde expertos en educación discutieron sobre si los alumnos de las escuelas secundarias deberían poder, o no, acceder a internet durante los exámenes. En Argentina el tema resurge con frecuencia y corre por los extremos: desde auspiciar portales oficiales de contenidos –Educ.ar– y planes como Conectar Igualdad hasta prohibir a los estudiantes utilizar el celular en el aula.

A favor y en contra los argumentos son muchos. “Los resultados de una investigación hecha para evaluar el uso de las TIC en el aula en forma regular fueron buenos: mejoras en los aprendizajes de casi todos los alumnos; más de 30% de reducción del fracaso escolar y satisfacción del 90% de los profesores”, le resumió a PERFIL el doctor en educación Pere Marquès Graells, catedrático de la universidad de Barcelona y coordinador de un estudio sobre 5 mil alumnos y 150 profesores de centros educativos de España, Perú, México y Argentina.

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En este trabajo, entre otras cosas, los docentes adaptaban las evaluaciones, permitiendo la consulta de internet y de fuentes escritas durante el examen. Según Graciela Bertancud, responsable de nuevas tecnologías en el colegio Tomás Alva Edison de Mendoza –que participó del estudio–, “durante 2012 probamos un sistema en el que los alumnos podían utilizar libremente las herramientas tecnológicas, incluyendo internet. Unos 400 estudiantes de los últimos grados de primaria y primeros de secundaria memorizaron conceptos básicos al principio del año. Pero luego pudieron apoyarse en forma intensiva en las TIC, que funcionaban como una especie de memoria auxiliar externa. “Cuando analizamos los resultados resultó una experiencia muy favorable y claramente positiva”, afirmó Luciana Silvestri, una de las profesoras que participó. “Vimos que gracias al uso de TIC los chicos lograban asimilar muy bien todos los conceptos”.

Este trabajo implicó un esfuerzo docente: “Los alumnos pueden resolver la prueba recurriendo a la tecnología, pero está diseñada para que no sirva responder haciendo copy & paste desde Wikipedia”.

Otra voz. Desde otro concepto pedagógico la visión es diferente. Mónica Inés Oddino, responsable de la Escuela de Formación en Pedagogía Waldorf y con treinta años de docencia en este tipo de instituciones le explicó a PERFIL que “nosotros proponemos abrirnos al uso de TICs recién cuando los estudiantes están avanzados en la escuela secundaria. Antes trabajamos desarrollando otras capacidades, que tienen que ver con lo creativo y la integración del cuerpo, el arte y otras disciplinas. No somos refractarios a la tecnología, pero no apoyamos su uso intensivo”. En las Waldorf, las TIC son una herramienta más, junto con los libros. Además, en esta concepción, tampoco proponen evaluaciones memorísticas.

“Nuestros exámenes se hacen en un formato conceptual, con exposiciones orales y trabajos prácticos. Se busca reelaborar contenidos y que procesen la información. Todos trabajos vivenciales que no se pueden reemplazar con tecnología”.

Según la doctora Melina Furman, investigadora del Conicet y profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, el debate sobre si los alumnos deberían, o no usar Google y otras fuentes digitales está relacionado con una discusión previa: ¿qué tipo de aprendizajes enseñamos y evaluamos en la escuela? “La investigación muestra que en Latinoamérica se suelen enseñar hechos e información básica, en detrimento de capacidades más complejas como resolución de problemas o argumentaciones. Las evaluaciones suelen ser pruebas en las que los alumnos recuerdan y vuelcan datos sin mucho procesamiento propio. Esas se podrían resolver con Google o con libros”.

Para esta experta, en cambio, “si los exámenes no sólo implican repetir, sino usar datos en un contexto para solucionar casos o hacer una producción, entonces la web ya no alcanza para resolver lo que la evaluación propone. Ahí sí hay que pensar”.

Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.

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