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ACTUALIDAD | 21-04-2015 18:14

Gran Bretaña entera espera al nuevo "royal baby"

Se espera un fuerte impulso económico con la llegada del segundo hijo de los duques de Cambridge.

Por Darío Silva D´Andrea, especial para Rouge

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El príncipe Guillermo de Inglaterra pidió las seis semanas de licencia por paternidad (no remuneradas) que le corresponden en su trabajo como piloto de ambulancias aéreas. Al mismo tiempo, la policía de Londres instala un vallado especial y restringe el tránsito de la zona de Paddington, medios de todo el mundo ocupan sus lugares con cámaras y micrófonos en las cercanías del Palacio de Buckingham y la Guardia Real Montada prepara sus cañones para un inminente Saludo Real. ¿El motivo de semejante revuelo? Es la fecha indicada para el nacimiento del segundo hijo del príncipe y de Kate Middleton, duquesa de Cambridge.

Aunque no se trata de un heredero directo del Trono británico, el nacimiento de un príncipe siempre es un acontecimiento histórico para Inglaterra y mediático para el mundo. La pareja más popular de la realeza europea, que se casó con toda la pompa en 2011, ya tuvo un hijo en 2013, el príncipe Jorge, pero amplía ahora la lista de potenciales herederos de la corona que ahora lleva la reina Isabel II. A sus recién cumplidos 89 años, Isabel acumula sucesores: es la monarca más longeva del mundo actual y de la historia británica, pero no parece que fuera de dejar de reinar pronto. Su hijo mayor y heredero, Carlos, tiene actualmente 66 años y todo parece indicar que llegará a ser coronado a edad muy avanzada.

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Guillermo y Catalina ya se establecieron en su residencia londinense, el Palacio de Kensington, cerca del ala privada "Lindo" del hospital St. Mary, donde la duquesa de Cambridge prevé dar a luz. En ese mismo palacio se instalará la familia con el nuevo "royal baby". Posteriormente, se retirarán a su casa de campo, Anmer Hall, donde el príncipe y su suegra cuidarán de la madre y el bebé. Está previsto que Guillermo se reincorpore a su puesto el 1 de junio, después de que Catalina haya dado a luz al segundo hijo del matrimonio, cuyo sexo todavía no se ha dado a conocer.

Como dicta la regla en la protocolaria Inglaterra, el nacimiento será anunciado mediante la colocación de un comunicado de los médicos de Kate en un atril con marco dorado en la puerta principal del Palacio de Buckingham, que algún día será residencia de los reyes Guillermo y Catalina. Antes que eso, el mundo sabrá del nacimiento mediante las cuentas oficiales de la realeza en Twitter e Instragram.

Ni los padres conocen el sexo del bebé, aunque los británicos ya hacen apuestas y el negocio mueve millones de libras esterlinas. Algunos dicen que será una niña y que se llamará Charlotte. Otros de los nombres favoritos son Isabel (como su bisabuela), Diana (como su fallecida abuela, Lady Di Spencer), Alicia (como su tatarabuela, la princesa Alicia de Grecia) y Alejandra (como una reina muy querida de principios del siglo XX). Los que apuestan por otro varón dicen que se llamará Felipe, Carlos o Eduardo.

Sea niño o niña, el bebé tiene un destino muy especial. Aunque tiene pocas posibilidades de reinar en el futuro (su hermano será rey), el bebé será educado como si fuera a reinar, lo que en los círculos monárquicos se conoce como "Rey de repuesto".

Esto se debe a una costumbre muy antigua: reyes y emperadores de todos los tiempos procuraron tener una buena dotación de hijos para salvar potencialmente al país de una guerra dinástica o de una invasión. Además, la historia de Inglaterra está plagada de "reyes de repuesto" que llegaron a reinar por distintas circunstancias, como Enrique VIII en el siglo XV, y Jorge V y Jorge VI, en el siglo XX.

El recién nacido desplazará a su tío, Harry, en el cuarto puesto de la Línea de Sucesión, que contempla a todos los descendientes no católicos de Sofía de Hannover (1630-1714), aunque en 2011 hubo modificaciones que contemplan la igualdad entre hombres y mujeres ante el trono. Nacido en el siglo XXI, el bebé real será descendiente tanto de Carlomagno como de Vlad el Empalador de Valaquia (el "Conde Drácula") y tendrá sangre de reyes y reinas de Inglaterra, Dinamarca, Grecia, Rusia, España, Francia y Escocia.

En el plano material, como cualquier bebé, el segundo hijo de la duquesa viene con "un pan bajo el brazo": según el diario británico The Daily Telegraph, habrá un impulso económico de alrededor de 111 millones de euros cuando nazca el bebé. Entre 30 o 37 millones de euros se gastarán en recuerdos conmemorativos (como tazas, platos, monedas, libros, diarios?) y el resto irá a alimentos y bebidas, dulces y vino espumoso.

"No hay tanta emoción como cuando llegó el primer bebé, pero una niña tendría el potencial necesario para impulsar la industria de la moda", dice el Telegraph. En efecto, en 2013 el nacimiento del príncipe Jorge generó ingresos por 343 millones de euros. Según la revista Newsweek el ‘efecto Kate’ puede ascender a más de 1.000 millones de libras esterlinas para la industria de la moda británica porque muchas mujeres van a prestar atención al vestido que usará la madre al salir del hospital.

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