Valeria Hoffman es la ideóloga del proyecto que en la actualidad ocupa sus horas y combina diseño y profesionalismo resumidos en pequeñas unidades de esta golosina.
Masa madre: el rincón que guarda sus secretos
"Conocimos estos caramelos en distintos lugares del mundo y un día nos metimos en el tema y empezamos a investigar. En Argentina no había una escuela de este oficio, que es muy antiguo, (de cuando los caramelos se hacían sin máquina). Hicimos cursos, nos juntamos con un ingeniero en alimentos, empezamos a practicar y todo comenzó a tomar forma", relata la dueña de CARAMELOS ARTESANOS.
Con un sello particular que las caracteriza, se los adquieren desde cumpleaños de chicos hasta cualquier tipo de evento empresarial (dado que se arman personalizados con un logo que la persona quiera). La mujer reconoce que "por las redes sociales todo fue creciendo cada vez más".
"Hay algunas frutas que hacemos siempre que tenemos estipulado como lo vamos a conformar y otros los hacemos a pedido por si un cliente nos pide algún sabor, dibujo o forma distinta", cuenta.
Algo vistoso y elaborado a la vista de todos. Más de un cliente que entra por primera vez no duda en tomar fotos con su celular y hasta filmar un corto video. "A la gente le gusta verlo, sentir el olor y saber que esto es realmente artesanal", explica Hoffman.
Sandía, uva, frutilla, mango, frambuesa, sésamo, canela, violeta, lima, banana, chocolate, guayaba, kiwi, mora, maracuyá, menta y arándanos, clavo de olor y albahaca son algunas de las variedades del producto, los caramelos ya no son aburridos, cuadrados y monocromáticos. Por eso, golosos ¡abstenerse!
El local de CARAMELOS ARTESANOS se encuentra en pleno barrio porteño de Palermo (Honduras 5874)
Por Florencia de Sousa / Producción multimedia: Silvina Palumbo
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