Marisel, ¿desde cuando incursionaste en la pastelería?
En la cocina siempre estuve, cocinando siempre para cada integrante de la familia porque siempre había uno haciendo dieta, otro que no le gustaba algunas cosas entonces terminaba cocinando todos los días distintos menús. Es mi lugar y la actividad que me apasiona en este mundo.
Bife de chorizo, un clásico "marca país"
Sin darme cuenta y por necesidades empecé a hacer cosas dulces para vender, fue ahí cuando empecé a buscar la manera de obtener un título. Quería adquirir conocimientos técnicos y específicos en la materia para lograr resultados óptimos y seguros para las personas.
Comencé con esto hace 4 años más o menos, vendiendo mis alfajores por distintas localidades levantando pedidos y repartiendo los fines de semana, había personas que me ayudaban a hacerlo también levantando pedidos por mí. Mis hijos los devoraban, mi familia me lo repetían, Marisel son muy ricos....
Masa madre: el rincón que guarda sus secretos
Había veces que no quería cansar más a las mismas personas vendiéndoles y fui levantando pedidos en los negocios. Un día una amiga de Paraguay me invita al cumpleaños de su esposo y como obsequio le lleve la mesa dulce, en la mesa dulce estaban los alfajores.
Luego, después del cumpleaños ya estando en Argentina ella me llama y me dice Marisel son muy buenos tus alfajores tenés que pensar en venderlos, a nosotros nos encantaría poder comerlos, creo que tenes que ver la posibilidad de comercializarlos. Ahí empecé a darle forma a esta pasión.
¿Por qué los alfajores?
Porque es una golosina que esta siempre en todos lados, en un cumpleañitos, y en cada hogar argentino. Es un homenaje a mi abuela paterna Elena “Nina” Eliggi, es italiana y quien me guio en la cocina desde muy chiquita oficiando de maestra de pastelería. Tiene 97 años y es mi faro. Viví en Italia un tiempo con ella y ella siempre me invitaba a cocinar, es por ella que amo lo que hago. Su vida no fue fácil y para mí fue un orgullo ponerle su nombre. Vivo en Colonia Benítez, a unos 20 minutos de Resistencia (capital del Chaco). Es un lugar de ensueño, por su paz, por su armonía con la naturaleza y una tierra de sueños posibles. Quiero que Chaco tenga su alfajor y nos una con algo tan noble, que sea nuestra marca y símbolo de los chaqueños.
¿Cómo vas incorporando los nuevos sabores?
“Nina del Norte” es dedicado a la fabricación de productos elaborados manualmente a partir de frutos de la zona. Busco los sabores autóctonos y de estación. A veces es prueba y error, pero voy seleccionando frutos y escuchando las propuestas de los clientes, de mis seguidores en las redes sociales. Hay que darles todas las opciones y por supuesto, en casa, tengo a mis mejores jueces que me dicen si es viable el gusto. Hay sabores que ya los tengo pensado, pero aún no los estoy incorporando, voy de a poco.
¿Cuáles son los más pedidos?
Los de dulce de leche con baño negro a partir de la distinción nacional en Mar del Plata, en el Concurso Nacional “Buscando el Mejor Alfajor Argentino “donde obtuve el primer puesto. Luego de hacerlo público, parece que la gente quiere conocer el producto.
Y luego la vedette de “Nina del Norte”, el de mamón, es otro de los preferidos de mis clientes. Tenemos muchas posibilidades de aumentar la producción porque es un producto que tenemos en cantidad. El de vino es un distinguido también, para los que deseen combinar el dulce con malbec. El de Maracuyá todos quieren probarlo y es un éxito. El de Frutilla es el preferido de los chicos.
¿Cómo estás llevando el salto de emprendimiento familiar a un negocio más profesional?
Con mucho esfuerzo y dedicación, apostando a la permanente capacitación y acompañada por mi familia. No es fácil porque cada vez las exigencias son mayores, pero ese camino quiero emprender. Dar un salto amerita instalaciones, maquinarias, la producción a mayor escala requiere de grandes inversiones. Trabajamos de manera amigable, tenemos una gran preocupación por el ambiente y la preservación de la naturaleza, por tal motivo nuestros envases son biodegradables, pero los costos son insostenibles.
Quiero lograr los permisos para llegar al máximo anhelo: una fábrica en Colonia Benítez. Quiero llegar a tener la Fabrica más grande del nea, poder dar trabajo a muchas personas de mi localidad.
¿Cómo compatibilizás el trabajo con la familia, ya que tenés tres hijos chicos?
Ellos son mi puntal, y ser mamá de tres hijos tiene su sacrificio, pero también busco maneras y formas para que mi emprendimiento les llegue a ellos, con juegos mientras producimos los alfajores. Es una enseñanza de valor al trabajo, al esfuerzo y que los objetivos se pueden lograr con disciplina.
Siendo el nacimiento de este proyecto el hogar familiar, mi familia tuvo una integración inmediata, colaborando participando e incentivándome en este emprendimiento que lo hago con mucho orgullo y pasión, respecto a nuestros hijos junto a mi esposo intentamos que valoren el esfuerzo y desde el trabajo le transmitimos que el trabajo es la herramienta al crecimiento por lo cual ellos colaboran permanentemente en el desarrollo de mi actividad; a la cual me siento orgullosa porque le estamos transmitiendo una realidad y dejando un legado que desde chicos consideramos como padres deben aprender.
¿Cómo crees que podrían los gobiernos ayudar a las emprendedoras a desarrollar sus negocios, qué herramientas te harían falta?
Darnos accesos financieros viables, posibles de pagar, una oxigenación a los del interior que apostamos a la Patria, al Chaco. Un área específica que permita abrir las puertas a los que necesitamos asistencia económica. Somos el valor agregado, y el activo más valioso en una cadena de producción, porque generamos puestos de trabajo. Mi idea es empresa local, mano de obra loca, darle posibilidades a la gente de mi localidad. Las herramientas son diversas y actualmente demanda una inversión importante para poder lograr la suficiente producción en masa atento a la gran demanda conservando la técnica y la especialidad como así también la excelencia en la materia prima.
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