Saturday 27 de April de 2024
DECO | 08-03-2014 15:56

Miro tus plantas

¿Es admisible refaccionar todo un departamento basándose en el fervor visual que concita un jardín vecino? Esa adaptación llevó a un interior con colores intensos, en el que destacan alfombras y sillones.

¿Cómo se le llamará al voyeurismo cuando el objeto observado ya no es un placer individual sino un espectáculo masivo? Es que el atractivo de este departamento no reside en sí mismo –que lo tiene, y mucho–, sino más bien en su excepcional vista de las copas de los árboles de un jardín que está cruzando la calle. Razón por la cual, todo el montaje del interior se realizó teniendo en cuenta el objetivo principal: ver más y mejor. Ergo, adiós ventanas existentes y a cambiarlas por unas más generosas que ofrecían una vasta y única superficie vidriada, sin parantes ni divisiones, para así poder disfrutar del gratuito espectáculo sin interrupciones visuales ni quiebres paisajísticos.

Para que se entienda: se cubrieron ocho metros de paredes con cuatro paños de vidrio a lo largo. Mejor dicho: con aberturas de 1,65 de alto por dos metros de ancho, a partir de un metro del piso. Y las cortinas de varillas enrollables –escenográfico store– se eligieron por trasparentar las siluetas del follaje vecino y suministrar una pincelada oriental, digamos.

En el living y en una de las habitaciones se prefirió usar una paleta de colores neutros y frescos –como el verde agua– para secundar el paisaje externo, más detalles rojos en los accesorios. Actitud funcional que se revirtió en el playroom –espacio dual de trabajo y recreación– en base a una coloratura preponderante, intensa y fogosa.

Luego, una  que se emplea como escritorio, sitio para ver TV, salón de costura o aula para jugar y guardar juguetes. El comedor diario es amarillo brillante, abundan las alfombras y la luz del sol entra hasta el último rincón. Dichosos los ojos.

Textos: Lulo Luna.

Producción: Sol Achával.

Fotos: Néstor Grassi.

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios