Tuesday 7 de May de 2024
CUERPO & ALMA | 28-10-2012 09:32

Caperucita aggiornada, o un nuevo modelo de heroína

En las versiones más antiguas -que no estaban destinadas a los niños-, la heroína no es inocente ni desvalida. En las versiones contemporáneas, Caperucita debe enfrentar nuevos desafíos y encontrar inéditas respuestas a ellos para ser una heroína.

Por Mercedes Carreira*

El cuento de la niña con la caperuza roja es uno de los más conocidos universalmente. No siempre ella fue ingenua, incluso en una de las primeras versiones la niña advierte que quien está en la cama no es su abuela, le dice que tiene que ir al bosque a hacer pis o caca (según las traducciones) y así evita ser devorada por el lobo. Perrault, en el siglo XVII, aporta una carga sexual a la historia, que servía como advertencia sobre los peligros de la promiscuidad. Pero, los hermanos Grimm la eliminaron para que el cuento fuera aceptado en la sociedad victoriana del siglo XIX y la heroína pasó a ser la encarnación de la inocencia. El siglo XX sacó a Caperucita de los bosques europeos, la llevó a las ciudades y la enfrentó con lobos muy particulares. Hay cientos de versiones y adaptaciones de la historia que trascendieron libros y llegaron a las historietas, el cine, los dibujos animados, la publicidad…

El humorista James Thurber captó que la mujer norteamericana era capaz de superar las situaciones espinosas de la vida urbana y lo plasmó en “La Niña y el Lobo” (publicado en Fables for our time and famous poems, por Harper, en 1939). Éste es su final:

“Cuando la niña abrió la puerta de la casa de su abuela vio que había alguien acostado en la cama con el gorro de dormir puesto.

No se acercó a más de unos pasos cuando se dio cuenta de que no era su abuela sino el lobo el que yacía sobre la cama, ya que, aún con el gorro puesto, el lobo se parecía a su abuela tanto como el león de la Metro-Goldwyn se parece a Calvin Coolidge. Por lo que la pequeña niña extrajo una pistola automática de la cesta y se la vació encima al lobo.

Moraleja: Ya no es tan fácil engañar a las pequeñas niñas como lo era antes”.

Siguiendo con esta tendencia de aggiornar los cuentos maravillosos a estos tiempos, James Finn Garner escribió en 1994 Cuentos infantiles políticamente correctos, en ese libro adapta con mucho sentido del humor Caperucita. Garner explica en el prólogo del libro:

“No cabe duda de que, cuando fueron originalmente escritos, los cuentos en los que se basan las siguientes historias cumplían con una función determinada, consistente en afianzar el patriarcado, distraer a las personas de sus impulsos naturales, ‘demonizar’, el ‘mal’ y ‘recompensar’ el ‘bien’ ‘objetivo’. Por más que lo deseemos, no es justo culpar a los Hermanos Grimm de su insensibilidad ante los problemas de la mujer, las culturas minoritarias y el entorno natural (…) Hoy en día, tenemos la oportunidad – y la obligación- de replantearnos estos cuentos ‘clásicos’ de tal modo que reflejen la época en la que vivimos, y tal ha sido mi propósito al redactar esta humilde obra”.

A este libro de apenas 150 páginas, el autor lo define como “una lectura a ratos, fácil, divertida y amena”. Así comienza su Caperucita Roja políticamente correcta:

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“Muchas personas creían que el bosque era un lugar siniestro y peligroso, por lo que jamás se aventuraban en él. Caperucita Roja, por el contrario, poseía la suficiente confianza en su incipiente sexualidad como para evitar verse intimidada por una imaginería tan obviamente freudiana. De camino a casa de su abuela, Caperucita Roja se vio abordada por un lobo que le preguntó qué llevaba en la cesta.

- Un saludable tentempié para mi abuela quien, sin duda alguna, es perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que es -respondió.

- No sé si sabes, querida -dijo el lobo-, que es peligroso para una niña pequeña recorrer sola estos bosques. Respondió Caperucita:

- Encuentro esa observación sexista y en extremo insultante, pero haré caso omiso de ella debido a tu tradicional condición de proscrito social”.

Estas ideas “imaginería tan obviamente freudiana”, “observación sexista y en extremo insultante”, “proscrito social” colisonan con el relato tradicional. Sí, nadie lo duda pero son las que permiten salir al lector del lugar cómodo conocido para replantearse lo establecido, lo no cuestionado. ¿Cómo es esta nueva Caperucita siglo XXI? ¿Qué recursos necesita para salir al mundo sin temor? ¿Cuáles son los peligros reales?

La rueda gira y -aunque hay muchas versiones infantiles “actualizadas”-, estos cuentos vuelven a ser “divertimento” de adultos, ponen al descubierto vicios y comportamientos de la sociedad. Los desafíos de Caperucita, como los de todas las mujeres, son otros, y ella tiene que encontrar nuevas maneras de salir airosa de los obstáculos, de recorrer su camino para convertirse en heroína y llegar a un final feliz, su final feliz.

¿Con qué tipo de Caperucita te indentificas? ¿Cuál es tu desafío en el bosque? ¿Cómo lo enfrentas? Se rompieron los moldes, es tiempo de que escribas tu propia historia.

* Coordinadora del Taller de Escritura Creativa y Autoconocimiento Había una vez…

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