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ACTUALIDAD | 19-10-2012 07:58

Cuando madre e hija son socias

Silvia Nava y Teresa Fascetto abrieron juntas un restaurante. Nos cuentan cómo es la relación en la que todo se mezcla.

En el límite de Palermo y Colegiales, madre e hija abrieron el restaurante Nuevo Amenábar, que ofrece desayunos, almuerzos y meriendas con platos simples y ricos (que van de salmón a hamburguesas, de bagels a sándwiches), todo en un ambiente de aires vintage y moderno. En esta nota, Teresa Fascetto cuenta cómo hacen para conjugar trabajo y parentela con su madre, Silvia Nava.

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¿Cómo decidieron emprender un negocio juntas?

Decidimos empezar con Nuevo Amenábar por una costumbre que tenemos con mamá. Desde que soy chica que mamá y yo salimos a tomar un café y charlar. Es nuestro momento. Hablamos de todo entre café y café. Por eso con el paso del tiempo y luego de terminar mi carrera como diseñadora de interiores, con café de por medio decidimos crear un espacio para que otras personas vengan a compartir ese momento con la persona que más quiere. Al tiempo yo hice un curso de pastelería al que mi mamá se interesó y también lo hizo.

¿Cómo se llevan?

Nos llevamos bien, obviamente hay veces donde no coincidimos pero es ahí donde tratamos de respetar la opinión del otro. A pesar de trabajar juntas separamos muy bien el ámbito laboral del familiar. La relación madre e hija sigue intacta y es algo que es muy difícil de romper. Normalmente las decisiones las tomo yo (Teresa) ya que soy la que está todo el día en Nuevo Amenábar, aunque mamá está muchísimo también. La diferencia es que mamá tiene a sus otros hijos a quien cuidar y un marido también. De todas formas siempre nos consultamos.

¿Qué han aprendido en este tiempo?

Antes que nada aprendimos una profesión que no tiene nada que ver con lo que veníamos haciendo. Yo estudié diseño de interiores y mamá abogacía. Nos tuvimos que empapar en un mundo nuevo. No sólo de gastronomía en sí, sino también empresarial.

Y aprendimos que hay algo que nos apasiona a las dos. Nuevo Amenábar es nuestro espacio, el fruto de largas charlas entre madre e hija entonces lo disfrutamos un montón. Tanto lo disfrutamos que sin quererlo antes esas charlas de café que consistían en consejos y opiniones, hoy se convirtieron en conversaciones casi monotemáticas. Todo lo relacionamos con Nuevo Amenábar, hasta que decimos "basta", nos reímos y volvemos a la relación madre e hija.

¿Cómo hacen para no mezclar la vida personal con la laboral?

La verdad es un poco difícil ya que, como comentaba anteriormente, es inevitable no hablar de un negocio propio. Estás todo el tiempo pensando en cambiar la decoración, incursionar en un plato nuevo. Vas a lo de tu mamá a comer y te gustó la comida y pienso “¿Y si lo pongo en la carta?”, pero es ahí donde el diálogo es importantísimo para mantener una buena relación y saber cuándo hablar de otros temas y que los problemas laborales no invadan una cena familiar. Tratamos (y logramos) de sólo hablar de trabajo en el trabajo.

¿Qué consejos dan a las que quieren emprender algo juntas como ustedes?

Diálogo y las cosas claras desde el primer momento. Si cuando comienzan las conversaciones para emprender algo hay algún tema que hace ruido, es fundamental conversarlo y resolverlo, sino no puede avanzar. Para mí haber emprendido Nuevo Amenábar con mi mamá es una experiencia única y para ella también emprender con su hija. Amo lo que hago, pero la relación es fundamental, porque como en todo trabajo hay cosas buenas y cosas malas, pero este en particular requiere de mucha atención, de mucha presencia constancia y varias cosas mas, pero con amor, ganas y pilas todo se puede.

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