Tuesday 19 de March de 2024
CUERPO & ALMA | 11-11-2019 17:57

Todo lo que tenés que saber sobre los colegios Waldorf

Una experiencia educativa singular, contada por una protagonista.

Por Olivia Vinelli (una chica Waldorf )

Un edificio que no tiene nada recto y está pintado de colores pastel, los niños en pantuflas se sientan en sillas de madera en la clase y se visten sin uniforme. Desde las ventanas se ve el verde de las plantas del gran patio y en él, se pueden observar jóvenes haciendo manualidades o leyendo.

Este escenario puede ser observado en cualquier escuela Waldorf. Este estilo poco ortodoxo de educación fue originado de la antroposofía de Rudolf Steiner (1861- 1925). El primer colegio de este estilo fue fundado en 1919 en Stuttgart, Alemania, y nació de la incertidumbre de la violencia de la Primera Guerra Mundial, donde el dueño de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria le pidió a Steiner que ideara un colegio para los niños de los obreros que trabajaban allí.

Los tres pilares que lideran en la educación de estas escuelas son el Arte, la Ciencia y la Espiritualidad, “lo que se había separado en el curso del tiempo, por conocimiento que el hombre quería adquirir más particular de cada parte del universo, Steiner planteaba, que había que unificarlo y hacerlo una enseñanza que pueda compartirse con el resto del mundo", explica María Cristina Martínez, directora de San Miguel Arcángel (Villa Adelina, Buenos Aires).

La idea de crear individuos que puedan empoderarse al conocerse y poder usar sus características únicas para ayudar al resto, se mantiene como el resultado que consiguen los egresados de estas instituciones. Actualmente hay más de 1000 escuelas Waldorf independientes y unos 2000 jardines deinfancia, en más de 60 países. En Argentina, hay 41 colegios con este estilo de enseñanza, de los cuales, hay 5 en Buenos Aires en donde se enseña en el nivel inicial, primario y secundario.

La comunidad que crea estos colegios está formada por padres, alumnos y maestros. A diferencia de las instituciones educativas normales, los padres deben involucrarse y contribuir en la formación de esta. Porque es importante que los niños emprendan el camino acompañados en todos los aspectos. El primer septenio de edad, cuando empiezan el primer grado y hasta el octavo, los guía una maestra en todo su recorrido y llegando a los últimos años de esta época se van agregando lentamente otros profesores. Esto se hace para que el maestro lo conozca realmente al alumno y pueda ayudarlo, junto a su familia, a desarrollarse.

Algo que se tiene muy en cuenta en los colegios Waldorf, es la capacidad de aprender de que cada uno tiene un tiempo y que hay que respetarlo. Por ejemplo, los niños que egresan del jardín de infante y pasan al primer grado, deben tener dos cualidades: que empiecen a caerse los dientes y que pueda decir “yo” (reconocerse como individuo). Estas cualidades marcan que el infante ha pasado la primera etapa de su vida y comienza un nuevo septenio, por lo tanto está listo para pasar al primario. El aprendizaje de respetar su tiempo, también lo tienen los egresados, que tienden en su mayoría a tardar más en encontrar su carrera universitaria, porque realmente se toman su espacio para reflexionar y descubrirse, para luego tomar una decisión.

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Además, de los conocimientos requeridos en cualquier institución de educación, los colegios Waldorf en jardín de infantes se centra en actividades prácticas donde se les enseña con la imitación gracias al interés que se crea en ellos por aprender y juegos creativos, en el primario se desarrolla la expresión artística y la capacidades sociales, y en el secundario se amplia el desarrollo del razonamiento y la empatía, además ya no se tiene un solo profesor, sino que como cualquier escuela, cada materia y año tiene sus diferentes maestros.

Desde mi perspectiva, puedo afirmar que es un colegio inclusivo, donde todos son aceptados y se escucha sus necesidades para poder ayudarlos a crecer. Siempre me gusto mi colegio Waldorf, nunca conocí otra cosa hasta la universidad y tampoco quise. Me gusta que además de saber lo que se da normalmente en un colegio, sé tejer (con dos agujas, 4 agujas, a telar y a crochet), bordar y coser (a máquina y a mano), tallar en madera, hacer herrería, trabajar con vidrio, hacer mi huerta, cocinar y mucho más. Porque eso me forma como humano. Eso me hace quien soy.

En la escuela no se tiene exámenes, porque cada uno es evaluado por su participación, sus trabajos prácticos y su evolución durante la clase, pero eso no me retuvo en la universidad para estar al mismo o mejor nivel que los demás. Más bien, somos personas que tenemos más herramientas y creatividad para resolver los problemas que pueden surgir en la vida.

¿Porqué ir a un colegio Waldorf?

Es una formación, que no solo te forma cognitivamente, sino que te llena de vida y no te encasilla en un modelo de evaluación que solo funciona para cierto tipo de personas. Te crea como ciudadano del mundo, te ayuda a descubrir tus dones y defectos para trabajarlos. Además, aunque es una escuela privada, el costo es algo flexible y se tiene en cuenta de donde proviene la familia, es una comunidad por lo tanto te va a ayudar siempre.

Finalmente, me gustaría decir que estoy orgullosa de ser una chica Waldorf y no lo cambiaría por nada.

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