Esposo ejemplar, padre amoroso, millonario, actor exitoso y cancherísimo. No conforme con esto, a Brad Pitt se le ocurrió embarcarse en la producción del mejor vino del sureste de Francia. "Tengo la intención de hacer un magnífico tinto de Provenza. Denme siete años y lo haré", declaró Brad a la revista Wine Spector, una de las más influyentes del sector.
Perfilando deseos
Todo empezó en 2008 cuando la pareja de actores compró, por 60 millones de dólares, un castillo en la localidad francesa de Miraval para usar como casa de verano. Las 500 hectáreas de bosque, parque y viñedos que rodean a la propiedad despertaron el entusiasmo de los nuevos dueños que enseguida se interesaron por el negocio del vino.
Tanto fue el interés que, el año pasado, el vino rosado producido por su bodega –el Chateau Miraval Provence- fue definido por el prestigioso medio como el mejor de su clase en el mundo, además de entrar en la lista de los cien elegidos de 2013.
Los papás de hoy
Entusiasmado por el éxito, el actor ahora quiere producir el mejor tinto de la región. "Ahora soy un agricultor", dijo a Wine Spectator. "Me apasiona aprender todo sobre la tierra: en qué terreno es mejor cultivar la vid. Luego está la excitación en septiembre y en octubre por la vendimia. Se debe saber medir el nivel de azúcar y de acidez, preguntarse cuándo lloverá", agregó.
El fantasma y el reggaetón
Coherente con el carácter obsesivo que él mismo se reconoce, el actor se puso como objetivo "hacer el mejor vino posible". Y si bien no parece una tarea sencilla, ser el dueño de todo el valle de la finca de Miraval resulta una gran ventaja: le permite tener diferentes exposiciones al sol y cientos de hectáreas vírgenes para destinar al cultivo de la vid.
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