Cromatismo
Tenemos estilos bien definidos que coinciden en utilizar una paleta naive compuesta por colores pasteles. Al mismo tiempo, verdes esmeralda, jade, corales en degradé a rosados, azulinos afloran en toda su gama así como los amarillos miel. Continúan en su lugar de clásicos los tonos metálicos y pese a que pierde un poco de protagonismo sigue vigente el color block.
Maximalismo
El maximalismo le hace frente a la crisis europea mediante bordados que nos ubican en el movimiento barroco, texturas que delinean la silueta generando un efecto malla. Recurrir a las flores, es algo que a la mayoría de los diseñadores mundiales les surge improvisar en estas temporadas, ya sea tanto como aplique, así como en estampas y bordados.
En algunas ocasiones se combina un estampado que se funde en un bordado macizo. No es un dato menor ya que se imponen como el punto alto de la estación. El volumen en falda comienza a reproducirse en la mayoría de las colecciones así como la elección del abrigo veraniego sobre un alta costura. Es una tendencia que comienza a ajustarse y consiste en combinar una capa corta o al piso con un vestido de gala.
Telas suples pero con movimiento, gasas en cantidades exageradas, organzas en falda campana, apliques en guipiure y encaje entramados en diminutos drapeados, son algunos de los materiales más presentes en el mainstream europeo.
En resumen, para este verano las tendencias para alta moda están marcadas por la diversidad.
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