Friday 26 de April de 2024
CUERPO & ALMA | 20-12-2019 07:18

¿Ya compraste los regalos?

Llega esta fecha y la gama de sentimientos es muy amplia; con las emociones a flor de piel.

Por Dra. Guillermina Rizzo

¡Es innegable! Llega esta fecha y la gama de sentimientos es muy amplia; con las emociones a flor de piel, en un vaivén, no deslizarnos de la alegría a la tristeza, de la euforia al letargo, en milésimas de segundos.

El entorno “comunica” con luces de colores, con adornos, “arbolitos”, opciones de menús, y ofertas que no son tales, que estamos próximos a celebrar Navidad.

Habrá quienes sostienen que “es un día más”, y atravesarlo como tal es una tarea titánica, máxime cuando el contexto comunica lo contrario. Otros/as experimentan un cuadro similar a la fobia, detestan las reuniones, surgen los planteos de tener que interactuar con parientes poco gratos y la noche no es de paz ni de amor.

En las antípodas están quienes esperan esta fecha para el encuentro genuino y los/as más religiosos/as vivencian el “24 y 25” como días de recogimiento y de renacimiento.

¿Y los regalos?

Si bien un obsequio no es lo esencial, para muchos/as es un tema propio de estos días y hasta quita el sueño. No sé en qué condiciones financieras vas “cerrando el año”, pero estimo que si estás dentro de esa gran franja en la que el sueldo emula un elástico, traigo buenas noticias.

¿Objetos o vivencias?

Muchos portales se hacen eco de la noticia. El promotor y estudioso de la novedad es Amit Kumar, Psicólogo Social de la Universidad de Chicago. El investigador que lleva una cantidad relevante de nutridas publicaciones sobre el tema sostiene que regalar vivencias o experiencias reporta más felicidad en quien da y en quien recibe.

Salvo objetos favoritos, está comprobado que ante una nueva adquisición y del rubro que se te ocurra, la atención se centra en lo nuevo pasando al olvido lo que habías comprado o nos habían regalado con anterioridad.

De esta manera, al tener un nuevo celular, ropa, perfume, zapatillas, herramientas, libros, o lo que te imagines, rápidamente eso que poseías y hasta atesorabas a veces ni queda en el recuerdo; fue…

Con las experiencias sucede lo contrario. Quien recibe una experiencia de regalo “conserva” efectos positivos y hasta indelebles obviamente durante, y después del acto de recibir el presente.

Según la Piscología, regalar y recibir vivencias confieren mayor satisfacción y estimula la interacción, pues quien es agasajado con un viaje, así sea a la playa más cercana, tiene la posibilidad de convertir “el regalo” en una experiencia también narrativa de la cual hablar y evocar una y otra vez.

¿Dinero o creatividad?

No se requieren grandes sumas para regalar experiencias. Las posibilidades son amplias y dependerá de los gustos. Un viaje, entradas para un recital, un día de camping, ir de pesca, un sesión relajante en un spa, una degustación de vinos, escalar un cerro y mirar estrellas, un paseo por el río; las opciones son infinitas.

Estoy convencida que las experiencias marcan, que ciertas vivencias son irreemplazables, si bien hay objetos agradables y necesarios, son solo eso, meros objetos, y no nos deberían determinar.

Distinto es ir a un recital con un amigo, ir de camping con los hijos, degustar un vino con tu padre o subir a un humilde bote y mirar las estrellas con alguien especial; cuando las vivencias se comparten y se traducen posteriormente en palabras, el goce se mantiene intacto, jamás decae.

Escribir una columnas tal vez pueden ser “objetos”. Creo que no lo son, pues se nutren de experiencias ajenas y propias; son una especie de regalo para que habilite en vos la posibilidad de hacerte preguntas, de disentir y de coincidir. Te regalo la vivencia de la lectura. ¡Feliz Navidad!

(*)Dra. en Psicología. Columnista en medios de comunicación. Twitter/ @guillerizzo

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios