Friday 26 de April de 2024
CUERPO & ALMA | 01-12-2016 10:30

El SIDA y la sexualidad actual

¿Qué significó para la humanidad la aparición del SIDA? ¿Cuáles son las consecuencias en la sexualidad de hoy?

Diana Sahovaler de Litvinoff.

La década de los 60 en la que se conocieron las primeras víctimas de esta enfermedad, se caracterizaron por ser años de “liberación” en contraposición a tiempos anteriores de moralidad represiva sobre todo lo relacionado con lo pulsional. Como culminación de un avance sobre la censura, se inició una época de “liberación sexual”, de proclamas antibelicistas y en pro del amor libre. Resulta una convergencia siniestra que justamente en esta época de mayor liberalidad, comenzaran a manifestarse los primeros casos de esta enfermedad. Una afección mortal que se vinculó desde un comienzo a sexo, droga, promiscuidad y perversión, fue la forma en que pareció materializarse la consecuencia de un supuesto descontrol o exceso. La censura adoptó la máscara del miedo al contagio y se ha convertido desde entonces, en una nueva modalidad de represión: un nuevo castigo al viejo pecado.

El enfermo de SIDA, que comenzó cargando con la culpa por haber traspasado el límite, asumió la figura del transgresor. Esta carga lo hace sumamente vulnerable socialmente, o sea que resulta dos veces vulnerable: porque su sistema inmunitario fue atacado por el virus y porque soporta un aparente “castigo” por haber transgredido. La opción más saludable pasaría por observar cuidado y búsqueda de condiciones seguras, pero en muchos casos la reacción es extrema fomentado el individualismo, el miedo: “no te juntes, no te agrupes” ya que el otro es potencialmente peligroso o contagioso. Con el descubrimiento de nuevos medicamentos el SIDA puede pasar a cronificarse, y el esfuerzo ahora pasa por evitar un aumento excesivo de precios que limite su distribución en forma amplia.

En la época actual, vemos renacer una mayor liberalidad sexual, en el lenguaje, en la exhibición del cuerpo y de lo íntimo, pero desplazado en sustitutos y de una forma peculiar: privilegiando el “mirar” sobre el “tocar”, tal vez como herencia de prevenciones anteriores. En este contexto, el surgimiento de las redes sociales virtuales cibernéticas, apareció como un recurso inesperado para recuperar el lazo social. La necesidad de negar la angustia, lleva a veces a hacer como “si nada hubiera pasado”, pero el SIDA está como telón de fondo en todo deseo erótico. ¿Es posible relacionar este fantasma con la prevención del contacto cuerpo a cuerpo que observamos en nuestra cultura? Una enfermedad que puede conducir a la muerte o a otro tipo de riesgos como el encierro en uno mismo o la muerte del deseo, requiere de palabras que diferencien “deseo” de “peligro” y que ayuden al cuidado, tanto para los enfermos de SIDA como para los adolescentes que se inician en el camino concreto del amor y el sexo.

Extractado de  “El sujeto escondido en la realidad virtual” (2da. Ediciòn) miembro APA

Galería de imágenes

Comentarios