Friday 29 de March de 2024
MODA | 12-12-2015 07:57

Amelia Saban, la diseñadora que Juliana Awada eligió para el Colón

Vistió a varias mujeres del clan Macri, pero confiesa que Awada “se diferencia por su mentalidad y juventud”. Para la gala del jueves le regaló un vestido de $ 30 mil.

Por Agustín Gallardo

Fue la última escala, la que cerraba uno de los días más importantes de su vida: ver a Mauricio Macri como el nuevo presidente de Argentina. Luego de una larga jornada, su mujer, Juliana Awada quiso estar a la altura de la circunstancias en la gala que se realizó por la noche en el Teatro Colón. Luego de lucir dos vestidos de la línea de ropa de su familia y que lleva su apellido, la primera dama sorprendió con un modelo de Ménage à Trois. “Tuvimos muchas repercusiones, yo tenía miedo que en la televisión la destrocen, pero no fue así. ¡Todos comentarios positivos!”, dice a PERFIL Amelia Saban, dueña y responsable de las colecciones de Ménage à Trois.

Con una trayectoria de más de 30 años, Saban ha vestido a varias famosas como Valeria Mazza, Dolores Barreiro y Araceli González, como así también a las mujeres de políticos. En este universo, confiesa, vistió a varias mujeres del clan Macri: “Isabel Menditeguy (ex de Mauricio), Alicia Blanco Villegas, Cristina Grieffer, Evangelina Bomparola y Nuria Quintela (N. de la R.: todas parejas de Franco Macri). A la única que no vestimos fue a Flavia (Palmiero). Y bueno, Juliana fue una chica que se vistió en Ménage cuando todavía no era una persona pública”.

—¿Vas a ser su diseñadora a partir de ahora?

—No, ella no va a tener un diseñador. Se va a ir arreglando día a día con lo que se le presenta, porque está acostumbrada a manejarse con ropa, no le asusta, no es un problema para ella. Son tiempos modernos, hay otra dinámica. De todas formas seguirá pidiendonos ropa, pero a su modo y sin tener exclusividad.

—El día de la asunción iba a usar dos vestidos de Ménage y uno de su marca y al final usó dos de Awada. ¿Puede ser competencia ahora que es primera dama?

—Para nada. Ella va cambiando, se viste con nosotros, con El Camarín (N. de la R: firma de la pareja de hermano Daniel Awada), y con su marca, claro. Lo bueno es que no nos chocamos porque ella hace ropa más sport; de lo nuestro usa siempre vestidos de noche.

—¿En qué se diferencia Juliana del resto de otras figuras que vestiste?

—Me ha tocado vestir a la mujer de Menem, a mucha gente que importante que pasó por el Gobierno. Había que hacerles ropa especial en muchos casos. Juliana se diferencia en la mentalidad. Primero porque sabe que la ropa no es lo más importante. Ella tiene su pelo, su estatura, su gracia. O sea, la ropa la complementa, pero no le suma. Un 70% es propio. Es una chica con muchos recursos, fácil de vestir. Ella va a la boutique, elige un vestido, le queda bien y se lo lleva. Si viene una clienta al otro día y lo quiere comprar, el vestido es accesible, se puede vender.

—¿Cuánto sale?

—Treinta mil pesos. Obviamente a ella se lo regalé, me parecía que era un vestido para recordar porque era un día muy importante.

—¿Tuvieron llamados de clientas que lo quieran comprar?

—Por ahora no, sí tuve llamados para felicitarme. Nosotros tenemos del segmento ABC1 toda la clientela y no creo que sumemos más clientes. Esto sirve para reafirmarle a la clienta que está comprando en el lugar que corresponde. Es un mimo para las que compran. Si suma clientela, genial.

—En su momento se habló de Michelle Obama como la primera dama que marcó tendencia y fomentó la industria nacional. ¿Pensás que Juliana puede seguir ese camino?

—No, no me parece porque justamente lo que pasa en el gobierno de Macri, que es lo que más me gusta, es que nos quieren abrir al mundo y que vengan todas las marcas extranjeras. Que podamos estar comunicados con el mundo y que en la avenida Alvear estén Hermès, Chanel… Eso es lo que a mí me encantaría. Obvio que ella apoya la industria nacional porque es dueña de Awada, pero si se tiene que comprar un vestido importado, se lo puede poner perfectamente y no tiene que dar ninguna explicación.

Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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