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SHOPPING | 20-12-2013 09:44

El arte de regalar

¿Cómo destacarse con el regalo? ¿Qué hacer para que nos exprese? ¿Se puede ser original año tras año?

La Navidad es una época en la que abundan los regalos: en el arbolito, de los amigos, los que trae Papá Noel, los que satisfacen deseos propios y, claro, los empresariales. ¿Cómo destacarse con el regalo? ¿Es posible promover nuevas costumbres gracias a un objeto? Así, ya sea como acción de una firma o un detalle bien personal en la familia, es bueno pensar bien qué darle al otro para que sea algo que lo emocione.

Los empresariales son una atención de la firma a sus empleados, sus proveedores o clientes especiales. Tienen la particularidad de tener que sorprender a una persona que generalmente está bombardeada por presentes y, al mismo tiempo, dejarle un mensaje que lo ligue en su recuerdo con el quehacer de la compañía. ¿Cómo lograr este efecto? ¿Son estos detalles realmente efectivos?

“Los regalos corporativos son efectivos si forman parte de un programa de comunicación integral, entonces pueden ser una acción más de dicho programa. El regalo se transforma en parte de una estrategia comunicacional más fuerte. Además, tiene que transmitir la visión y la misión de la compañía. Por ejemplo, como somos una empresa de tecnología, a nuestros empleados les hemos regalado mochilas portanotebooks, fundas, pendrives con nuestra marca, tazas, cuadernos y biromes. El último año, ya más alejado del negocio, pensamos en lo que a la mayoría le podría servir y obsequiamos mates y termos. Todos los recibieron con mucha alegría”, relata Soledad Oriozabala, de Recursos Humanos de Crystal Solution, del grupo Seidor Crystalis.

Para quien tiene una visión de diseño, el consejo es “que se elijan objetos prácticos y cotidianos, que formen parte del día a día de las personas. Se incorpora el objeto a la rutina diaria, lo que le da presencia e imagen a la marca en lo cotidiano, pues los regalos corporativos siempre tienen impreso el logo de la empresa. De esa forma se logra pregnancia y presencia de marca en la cotidianeidad de la gente”, aclara Cynthia Robledo, fundadora y diseñadora de hps! Harapos Decyng.

“Cuando uno decide dar un regalo de fin de año busca que sea singular, que esté personalizado. Consideramos que no hay que centrarse solo en el valor sino en el gesto, que salga de la normalidad de los objetos que van circulando por los escritorios. Por ejemplo, en nuestra firma tenemos una gran cercanía con lo orgánico y lo natural, con todo lo que respecta al cuidado de la gente, la salud y el planeta. Entonces, en años anteriores dimos como presente unas cupcackes realizadas con harina integral y azúcar orgánica. Fue un detalle de un costo bajo, pero que tuvo una muy buena recepción”, cuenta Blas Briceño, presidente de Finnegans, firma desarrolladora de software.

Siguiendo la línea de regalar pesando más allá de la persona que recibe el presente, hay en el mercado opciones que ofrecen productos de alta calidad y que, al mismo tiempo, contienen valores extra. Ejemplo de esto es la producción de bijou y objetos de decoración que realizan los jóvenes con discapacidad mental que asisten al Taller de Aprendizaje Laboral de la Fundación Río Pinturas. “Como sociedad, cuando regalamos estos objetos le damos un plus a la acción. Que la gente venga a comprarnos hace que sintamos que ellos están haciendo algo por otros. Pero debe quedar claro que no tienen que venir a comprarlo porque están realizados por chicos con discapacidad, sino que tienen que elegirlos porque lo valoran, porque lo consideran competitivo en precio y calidad. Están hechos con el mismo nivel que en el mercado. No es comprar para dar una mano, no es por lástima. Eso no sirve. Es una acción de inclusión social”, reflexiona Rosario Arbeleche, directora ejecutiva de la entidad.

Personal y de cuidado

Andrés Distel, gerente de Marketing de Cetrogar, cadena de electrodomésticos, asegura que las mujeres que reciben pequeños electrodomésticos para la casa y también de cuidado personal ya no se ofenden como en años anteriores. “Es que estos productos les facilitan la vida y algunos hasta son símbolos de status y comodidad, por eso los reciben con una sonrisa en la cara. Claro está que los que son de entretenimiento son más elegidos, como las cámaras de foto, las consolas de juego, las tablets, los celulares y las notebooks. Estos son regalos que se hacen ya pensando en tener una gran presencia en el día del agasajado”, afirma el especialista.

Edades y culturas

En tiempos de modernidad, donde los minutos se aceleran cada día más, los libros siguen siendo una buena opción para sorprender. Estos pueden acompañar un viaje, momentos y hasta transmitir emociones que uno quiere expresarle a la persona.

También, si se los pone en el arbolito es una buena manera de incentivar la lectura para aquellos que la esquivan. “Lo fundamental es elegir un libro que invite al lector a leerlo, que no lo intimide. Hay que intentar aplacar lo más posible todos los miedos que sienten los chicos al empezar a leer. No es una actividad sencilla, sino algo que se va logrando con esfuerzo. El lector va a aprendiendo a leer de muchas maneras durante toda su vida. Y también a leer diferentes lenguajes. Por eso, es ideal arrancar con un libro que contenga texto y mucha imagen. Así, se le propone al lector una narración construida por ambas cosas a la vez”, aconseja Adela Basch, titular de Ediciones Abran Cancha.

“Cada vez que le damos un regalo a un niño le ofrecemos nuestra valorización de la cultura, las costumbres que desarrollamos en el cotidiano. Cada vez que le damos a un niño una pelota le decimos de manera indirecta que el deporte es bueno; lo mismo sucede cuando a una niña le damos un set de maquillaje, le señalamos que arreglarse y estar linda es algo que aprobamos. Los presentes son dados desde la mirada del adulto que elige de un gran universo qué considera valioso para los pequeños”, refuerza Rocío Brescia, especialista de Fundación Leer.

En cambio, para regalarle a un adulto mayor,  “es importante conocer su historia ocupacional, sus hobbys, pasiones y deseos, así como también tener en cuenta la subjetividad e interés de cada persona atendiendo y conociendo sus posibilidades y limitaciones. Claro que hay obsequios que pueden acompañar desde el punto de vista terapéutico, pueden estimular la salud, pero no serán de utilidad si no se tiene en cuenta la particularidad de la persona", dice Celia Páez, de Manantial Grupo Humano.

En Japón, por ejemplo, la Navidad no es una fiesta estrictamente religiosa, sino que es más un encuentro familiar en el que se come una torta especial y se intercambian regalos. “Lo más esperado por los niños son los primeros días del año, pues en esas jornadas reciben de sus padres y de cada visita una importante suma de dinero, que equivale a una mensualidad. Luego, con esa plata se compran lo que quieren. El valor distintivo de un paquete se da en el envoltorio, llamado Wrapping. Allí se percibe la dedicación que la persona tuvo para quien agasaja”, cuenta Delia Mitsui, del Instituto Argentino Japonés en Buenos Aires Nichia Gakuin.

Con todos estos detalles, a elegir, que siempre hace bien pensar en los seres queridos.

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