Tuesday 30 de April de 2024
CUERPO & ALMA | 10-10-2014 10:24

Profundizar sobre el dolor

El 15º Congreso Mundial propone una nueva concepción de la salud.

(*) Por William Scott

En el siglo XIX se consideraba que la frenología era una ciencia respetable que basaba sus conclusiones en las mediciones del cráneo de las personas para determinar su carácter y capacidad mental. Hoy en día, muy pocas personas siguen dicha doctrina. La neurociencia contemporánea utiliza escáneres cerebrales para detectar las correlaciones entre el cuerpo y el cerebro. Sin embargo, ninguna de esas teorías tiene la capacidad de ofrecer una explicación cuando se trata de entender la consciencia.

¿Por qué es esto significativo?

El dolor es subjetivo y está íntegramente ligado a la consciencia. Si no entendemos la naturaleza de la consciencia, nunca lograremos entender totalmente el dolor. Por ejemplo, ¿por qué algunas personas sienten dolor en las extremidades que les fueron amputadas? ¿O cómo es que los placebos alivian el sufrimiento? Este importante tema será debatido en el 15to Congreso Mundial del Dolor a realizarse en el Centro de Convenciones de La Rural en Buenos Aires, hasta el 11 de octubre.

¿Está el dolor en el cerebro? Esta pregunta será el tema del destacado orador Dr. Alex Cahana. En una entrevista reciente con el renombrado experto en dolor, Cahana me comentó que él creía que este punto de vista no solo es incorrecto, sino dañino.

Pensar que el dolor está en el cerebro impulsa a los doctores a buscar una causa física del dolor. Cuando no encuentran ninguna, al paciente frecuentemente se le dice que el problema “está en su cabeza”. Lamentablemente, esto agrega otro nivel de sufrimiento al paciente. Cahana señala que “la necesidad de legitimar el sufrimiento encontrando una causa física implica que la queja subjetiva de un individuo no es adecuada, y se le da poco valor al punto de vista del paciente con respecto a su propia experiencia dolorosa”.

En su propia práctica, el Dr. Cahana comienza por suspender las suposiciones clínicas, evita las pruebas iniciales y se toma el tiempo para escuchar cuidadosamente a los pacientes y calmar sus temores. Siempre empieza con la pregunta: “¿Qué necesito saber para ayudarlo?” No obstante, después de haber pasado muchos años utilizando los tratamientos corrientes para el dolor cuando los pacientes se encuentran más frágiles y vulnerables, ha llegado a la conclusión de que debemos aprender a hacer un mejor trabajo. Después de todo, con todos los años que se han invertido investigando el dolor, continuamos dependiendo grandemente del mismo alivio para el dolor que usaban los antiguos egipcios hace 2.500 años: calmantes opiáceos.

La propia investigación del Dr. Cahana lo ha llevado a la conclusión de que se requiere una nueva ontología. Me dijo: “Lo que más se necesita es una nueva perspectiva sobre la salud. La manera en que vemos el mundo, nuestra ontología, está fuertemente conectada con la forma en que lo experimentamos y cómo lo explicamos”.

Muchos reconocen la necesidad de cambiar el paradigma del cuidado de la salud, pero es poco común que se inste a tener una nueva ontología. Al reconocer esta necesidad, Cahana nos hace pensar en la investigadora y escritora del siglo XIX, Mary Baker Eddy, quien realizó el mismo llamado urgente hace más de cien años.

Eddy sufrió de dolores gran parte de la primera mitad de su vida, y probó todo lo que pudo. Su alivio llegó cuando sus propios estudios ontológicos la guiaron a un descubrimiento al que ella llamó Christian Science (Ciencia Cristiana), el cual está basado en una interpretación espiritual única de la Biblia.

Este descubrimiento incluyó el reconocimiento de que nuestro pensamiento tiene un impacto en nuestra salud que va más allá de lo que es generalmente aceptado. Ella descubrió que la consciencia determina la experiencia humana, incluso el dolor. Eddy concluyó que elevar la consciencia a la bondad y el amor del Divino, al cielo que está dentro de nosotros, es la respuesta para tratar con eficacia el dolor y la enfermedad. Su vida nunca volvió a ser la misma después de este descubrimiento, y ella trató con todo éxito a centenas de personas.

Cahana nunca había oído hablar de Eddy, pero está de acuerdo con el hecho de que ella rechaza el modelo reduccionista del hombre, y la necesidad de ir más allá de la evidencia empírica para comprender la consciencia y la salud. Él comentó: “El hombre no es una máquina, sino que necesita amor, compañía y otros elementos espirituales para estar saludable”.

Cuando se trata del dolor, ¿estamos acaso haciendo las preguntas equivocadas? ¿Será que las generaciones futuras mirarán la tecnología de imágenes cerebrales de hoy de la misma manera que nosotros vemos la frenología del siglo XIX

Una cosa es cierta: cualquier nueva ontología que termine con el sufrimiento sin duda será un alivio bien recibido para millones de personas.

(*) William Scott escribe para Blogcritics y otras publicaciones online desde 2011 y en 2012 publicó un artículo en la revista internacional sobre medicina y ciencia Global Advances in Health and Medicine. Email: [email protected] / Twitter @WilliamEdScott.

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