Hace tan sólo cinco meses, a la arquitecta platense y amante de la náutica María Eugenia Roig se le ocurrió armar una solución para las salidas familiares a navegar: necesitaba una prenda más efectiva que los tradicionales ponchos impermeables cortos que se usan en ese deporte, que fuera transportable sin mojar el resto de las cosas en un bolso y que, además, sirviera como “cambiador portátil” para poder sacarse el traje de baño o el traje de neoprene.
Así nació Ponch, un poncho de toalla con capuchas de tela que, al darlo vuelta, se transforma en mochila, y que esta temporada están haciendo furor en Pinamar.
“Todavía no lo puedo creer: empecé a diseñar para la familia y amigos y me para gente en la playa. Mis hijos, Conrado y Josefina, me hacen de modelos”, dice Roig, cuyas prendas ya participaron en desfiles playeros y ya se venden también a otras ciudades del país: “Por ahora, los comercializamos online y los hacemos personalizados: tratamos de no repetir los géneros de las capuchas para que cada uno sea fácilmente identificable”, cuenta.
Vienen en tres talles, y cuestan $ 1.600 los de adultos y $ 1.300 los de los chicos.
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