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CUERPO & ALMA | 31-12-2016 10:37

Por el calentamiento global podrían aumentar el cáncer de piel

Un estudio internacional del que participó el físico argentino Rubén Piacentini detectó que el aumento de las temperaturas también es clave.

Por Florencia Ballarino.

La radiación solar ultravioleta aumentó alrededor de un 7% entre 1970 y 2014 en la región, según datos obtenidos a partir de los satélites de la NASA, debido a la disminución de la capa de ozono. Desde hace tiempo se conoce que los rayos del sol provocan quemaduras, envejecimiento cutáneo e incluso cáncer de piel. Pero, ahora, una investigación presentada en el XXI Congreso Ibero-latinoamericano de Dermatología realizado en la Ciudad de Buenos Aires advierte sobre un nuevo factor de riesgo: la temperatura ambiente y el calentamiento global.

“La preocupación hasta ahora era por la radiación ultravioleta. Pero hay evidencia científica de que el aumento de temperatura potencia el efecto carcinogénico de los rayos UV. O sea, de que el calentamiento global podría aumentar la incidencia del cáncer de piel”, le dijo a PERFIL Rubén Piacentini, director del área de Física de la Atmósfera, Radiación Solar y Astropartículas, del Instituto de Física Rosario,  del Conicet y de la UNR.

Piacentini es coautor de un estudio publicado en la revista científica Photochemical and Photobiological Science, en colaboración con los doctores Van der Leun y De Gruijl, de Holanda, que analizó los resultados de dos trabajos estadísticos previos sobre cáncer no melanoma en diez regiones de EE.UU. “Lo que observamos es que las ciudades y regiones más cercanas a los trópicos, tenían mayor incidencia de cáncer de piel en población blanca que las personas que habitaban al Norte, donde la radiación es menor. Pero, además, comprobamos que en ciudades que recibían la misma intensidad de radiación UV, las que eran más cálidas tenían más casos de cáncer de piel”, explicó.

Los investigadores observaron que la incidencia de carcinoma escamoso aumentaba 5,5% por cada grado centígrado más de temperatura y el carcinoma basal se incrementaba 2,9% por ºC. “Así que, en lo referente al cáncer de piel, no sólo hay que cuidar la capa de ozono, y protegerse de la radiación ultravioleta, también hay que frenar el calentamiento global”, advirtió Piacentini, quien busca repetir este estudio en población de América Latina. “Este tipo de investigación podría explicar por qué en ciertos lugares de altura, donde la radiación ultravioleta es más intensa pero la temperatura es menor, no habría mayor incidencia de cáncer de piel”.

Prevención. “El de piel es el tipo más común de los cánceres en el ser humano. De los distintos tipos, el carcinoma es el más frecuente y es sol-dependiente. El melanoma es el más agresivo y hay una gran incidencia, sobre todo en gente joven”, sostuvo Fernando Gatti, médico dermatólogo y presidente del XXI Congreso Ibero-latinoamericano de Dermatología. Para el especialista es clave evitar exponerse directamente al sol entre las 10 y las 16. Y usar un protector a partir de 30 FPS, de amplio espectro, esto es, que proteja contra los rayos UVA y UVB.

El dermatólogo también hizo hincapié en evitar las quemaduras. “Hay estudios que dan cuenta de la relación entre exposición intensa al sol en tiempos cortos, como se da, por ejemplo, en las vacaciones, y el melanoma, que por otra parte tiene un componente genético”, advirtió Gatti. Para Piacentini, la regla de oro para la exposición solar es: sombra corta, riesgo alto. “La máxima es exponerse al sol cuando las sombras son largas”, concluyó.

Un parche educativo

Una de cada dos mujeres y uno de cada tres hombres no utiliza ningún tipo de protección solar. Para prevenir el cáncer de piel y lograr hábitos responsables, un laboratorio acaba de lanzar un parche que mide la exposición a los rayos solares. El sensor electrónico se conoce como Mi Patch UV y fue desarrollado por La Roche-Posay. Se trata de una tira adhesiva transparente en forma de corazón que se adhiere a cualquier zona de la piel. El dispositivo contiene tintas fotosensibles que toman en cuenta el tono de la piel del usuario y cambia de color cuando se expone a los rayos UV.  Se puede escanear  y a través de una app obtener información personalizada sobre el comportamiento al sol y cuándo se debe volver a aplicar protector. “La idea fue crear una herramienta que ayudara al consumidor a entender si tiene un riesgo o no exponiéndose al sol. A diferencia de las pulseras que existen en el mercado, el parche brinda información personalizada”, le explicó a PERFIL Dominique Moyal, directora científica de La Roche-Posay. El parche se entrega en forma gratuita a través de dermatólogos y la plataforma Salva tu piel.

*NOTA publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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