Por Ana Laura Caruso (*)
Masa madre: el rincón que guarda sus secretos
Para pasar el invierno, nada mejor que una buena comida. Acostumbrados a las bajas temperaturas, los alemanes saben cómo entrar en calor con una alimentación basada en la carne de cerdo, los embutidos, las verduras y hortalizas. En Buenos Aires existen varios restaurantes que ofrecen comidas típicas alemanas como Edelweiss o Hermann, además del clásico Club Alemán. En esta nota, te presentamos dos restaurantes alemanes que sobreviven desde la primera mitad de siglo XX.
Gambrinus:
Ubicado en el barrio de Chacarita, Gambrinus se llama así por el dios de la cerveza. Cuenta la leyenda que Gambrinus desafió al diablo a elaborar un “vino sin uva” y así nació la cerveza. Pero el restaurante no siempre de esta forma. Se inauguró como "Cervecería Otto" en 1940 de la mano del alemán José Pavlak, quien abrió un total de tres sedes.
El problema es que a Pavlak le gustaba mucho el juego, tenía muchas deudas y se vio forzado a vender los tres locales. Fue Dardo Abel, un empleado de la cervecería, quien compró la sucursal de la calle Federico Lacroze, la única que existe hoy. Lo primero que hizo fue rebautizar el local como Gambrinus y transformarlo en un restaurante.
Hoy Gambrinus funciona tanto al mediodía como a la noche con una clientela fija. "El lugar está lleno de habitués que se conocen y son amigos entre ellos", cuenta Dardo, hijo del dueño y también su tocayo. El restaurante ofrece comidas típicas alemanas y también algunas minutas. "Hoy día, si no te abrís, es difícil sobrevivir", dice Dardo. "Muchos restaurantes alemanes cerraron en estos años".
Entre los platos alemanes, los más populares son el jambonon (que es codillo de cerdo con la carne bien colorada) con chucrut (a base de repollo), el bratwurst (una salchicha alemana) con chucrut, la costillita de cerdo ahumada Kagler y el goulash con ñoquis (que en Gambrinus no lo hacen con spätzle sino con ñoquis de papa).
Para tomar, hay cerveza tirada marca Quilmes. "Antes la cerveza se tomaba en botas de de vidrio", cuenta Dardo. El precio promedio de una comida alemana con plato principal, vino y postre es de $100 por persona.
ABC:
La historia de ABC se asemeja muchísimo a la de Gambrinus. El restaurante abrió en 1929, en la calle Lavalle, de la mano de un chef alemán. Cuando el dueño falleció, su hijo heredó el lugar pero terminó vendiéndolo. Así fue cómo llegó a manos de Osvaldo, el dueño del restaurante desde 1991.
El hijo de Osvaldo, Fernando, comenta: "El lugar no cambió mucho, la idea era que se mantuviera igual". Al estar ubicado en pleno microcentro porteño, el restaurante se llenaba de celebridades que venían de pasear por la Calle Corrientes.
Se cuenta que hasta Perón y Evita tenían su mesa reservada en ABC. Hace poco, incluso, se rodó allí una escena de la película Juan y Eva de Paula de Luque. Hoy día va mucha gente de las oficinas de la zona a almorzar. "A la noche cerramos porque no queda nadie en el centro", explica Fernando.
Para comer, lo más popular en el restaurante es el bratwurst (salchicha asada), el jambonon (codo de cerdo), el chucrut garnie (costilla de cerdo ahumada, salchicha de viena y panceta ahumada) y el goulasch con spätzle (ñoqui húngaro). De entrada, se puede pedir paté de hígado, leberwurst con ensalada de papa alemana o fiambre ABC (una tabla surtida). De postre hay strudel y en verano, tarta de ciruelas.
"La cocina alemana varía mucho de una región a otra", dice Fernando, que aclara que la comida que se ofrece en el restaurante es más del sur de Alemania. El precio del almuerzo es de $100 por persona y está abierto de lunes a viernes de 12 a 17hs.
(*) Redactora de Perfil.com
ABC: Lavalle 545. Abierto de lunes a viernes de 12 a 17hs. Teléfono: 4393-3992
Gambrinus: Federico Lacroze 3779. Abierto todos los días de 12 a 16 y de 20 a 24hs. Teléfono: 4553-2139.
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