Benito Fernández comenzó estudiando derecho en la UCA, pero de a poco, entendió que el diseño era su pasión. A pesar de los miedos y la poca información académica sobre el tema, se animó a volar a Paris para probarse y adquirir herramientas. Estudió en la París American Academy.

El zapato como forma de arte
Su primera boutique en la calle Arroyo, lo recibió con poca experiencia pero con ganas de triunfar y algunos miedos. “A lo que más miedo le tenía era al fracaso de tener que abandonar. No quería volver atrás. Los hombres no teníamos permitido cambiar tanto, esta vez me tenía que ir bien”.
.Fiel a su instinto supo construir su identidad que hoy está ligada a lo nuestro. Colores, tejidos, estampas son una constante en susprendas. “Empecé a procesar una evolución, me di cuenta que quería tener una identidad, comprendí que había llegado a un punto en el cuál quería identificarme con lo nuestro y vencí prejuicios”.

García Uriburu y su amor por la vida
Con magia y esfuerzo llegó a lugares impensados. La reina de Holanda Máxima Zorreguieta le da sorpresas usando sus diseños en los momentos más importantes, Benito la define como una mujer que corre riesgos y valora su amistad que le ha dado enormes satisfacciones.

Miradas superadoras sobre la igualdad de género
Dice no poder separar el trabajo de sus afectos, Dolores Barreiro, Valeria Mazza y Natalia Lobo lo apoyaron incondicionalmente en su trabajo. “Cada una de ellas me acompañó cuando la necesitaba y eso lo valoro siempre, me hace feliz compatibilizar amistad con lo profesional”.
Benito Fernández es sinónimo de versatilidad, es capaz de ir de una punta a la otra, vestir a una reina y diseñar botellas de una bebida popular, crear alta costura y actuar en programas de tv. Según él todo lo que hace lo define, sin prejuicios. Esa fue su búsqueda y lo sigue siendo. Estar abierto a la sensibilidad, dejarse llevar por las sensaciones. Aunque siempre las herramientas sumen para crecer en un mundo competitivo como la moda.
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