Los cuidados van por dos vías: la interna y la externa. Alimentación y productos deben complementarse en la misión de lucir divina.
Una alimentación sana y equilibrada es una de las patas principales para el cuidado del cabello: se aconseja desde ya evitar fumar y someterse a dietas extremas con poca variedad de comida porque el pelo acusará recibo.
Las vitaminas son clave, y cada una de ellas tiene una función específica. La A, para combatir la caída: lácteos enteros, yema de huevo, frutas verdes y rojas y hortalizas. Vitamina B5 para ayudar al crecimiento del pelo, puede encontrarse en cereales integrales y en frutas secas. Para evitar la calvicie, la B7 presente en las nueces, levadura, germen de trigo, melón y naranja. Finalmente, la vitamina C presente en cítricos.
Habiendo cuidado el pelo por dentro, comenzamos con su correcto lavado: los productos deben ser acordes a tu tipo de cabello y es aconsejable no hacerlo más de dos o tres veces por semana.
En cuanto al secado, hay que recordar que el fin es quitar el agua por eso no hay que retorcerlo en la toalla.
La moda del shampoo seco: cómo utilizarlo
Es importante nutrir al menos una vez a la semana, con una máscara que calce perfecto con tus necesidades.
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Por último, elegí productos de calidad. No hace falta gastar una fortuna pero sí invertir en el shampú, acondicionador y máscara adecuados, que redundarán en la belleza de algo tan importante como tu pelo.
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