Magdalena de Suecia siempre fue una de las princesas más bellas entre las casas reales. Luego de un fallido noviazgo cuya boda no llegó a realizarse, conoció al neoyorkino Chris O´Neill a quien acaba de unir su vida dando el "sí" cada uno en su idioma.
Un "real" estilo: dejarse las canas
Para la ocasión eligió, como otras novias reales, a Valentino. El vestido de organza con aplicaciones de marfil de encaje chantilly, con escote barco en manga corta y encaje. Una impactante cola de cuatro metros de largo.
Por supuesto un impactante velo de seis metros con la diadema llamada "del rey Gustavo", decorada con flores de naranja y unos imponentes aros.
Valentino dijo que fue "muy fácil" y un verdadero placer trabajar para la princesa, por su buen humor y educación.
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