Hay dos ítems que explican por qué llevar a cabo esta decisión no sirve para combatir el problema de raíz:
1. Erradicar por completo las harinas se vuelve muy difícil para la vida social donde, por lo general, se involucra la comida rápida y práctica, como ser un sándwich o tarta. Esto lleva a que, tarde o temprano, se abandone dicha conducta: está comprobado que es la causa más frecuente por la cual se eliminan de este tipo de dietas.
2- El otro problema es que, si no se sostiene de por vida, los kilos bajados a expensas de haber dejado las harinas volverán a recuperarse cuando se incorporen nuevamente.
Es muy importante saber que consumir carbohidratos de buena calidad y en la cantidad adecauada no es malo para el organismo, todo lo contrario.

Ideas para viandas escolares
Los de mejor calidad son aquellos que tienen ALTO PORCENTAJE DE FIBRA (avena, harinas integrales, frutas, vegetales, legumbres); nos aportan carbohidratos lentos que nos dan saciedad a largo plazo.
Aquellos que contengan niveles bajos, como el azúcar, harinas blancas, vegetales feculentos sin cáscara, arroz blanco y los cereales no integrales, se digieren rápido y pueden producir un aumento de la glucemia, por eso debemos reducir su ingesta.
De esta manera, podemos lograr una conducta saludable a largo plazo, menos extremista y más realista, consumiendo de manera habitual harinas integrales y otros carbohidratos lentos que son buenos para la salud y comiendo los de digestión rápida ocasionalmente, sin necesidad de eliminarlos por completo.
Comentarios