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GOURMET | 18-05-2012 14:06

Sabores de Hungría en Palermo Hollywood

Turandot es un restaurante fundado por un húngaro y su mujer donde se prepara comida casera con recetas tradicionales. Galería de fotos.

Por Ana Laura Caruso (*)

La historia del restaurante Turandot, que abrió hace siete años de la mano del húngaro Gyuri Matyas y la uruguaya Gladys Machado, es un relato de amor y de guerra. Todo comenzó en Budapest, donde el pequeño Gyuri creció con todos los beneficios de pertenecer a una clase acomodada. Pero las cosas cambiaron con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, cuando él y su familia se convirtieron en víctimas del Holocausto.

Gyuri estuvo preso en un campo de concentración de Dachau, en el sur de Alemania. Sobrevivió para ver el final de la guerra y la llegada del comunismo a Europa. Ya sin su familia ni sus posesiones, decidió viajar a la Argentina en busca de un mejor futuro. Hace trece años, Gyuri quiso dejar el testimonio de lo que había vivido y contactó a la escritora Gladys Machado para que escribiera su biografía. Así nació una historia de amor entre ellos que dio fruto a un libro (¿Puede tardar la primavera estando ya el invierno?) y a un restaurante húngaro en Palermo Hollywood.

"Le pusimos Tundarot por la ópera de Puccini", cuenta Gladys, a quien se le llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda a Gyuri, que falleció hace poco más de dos semanas. "La cocina húngara es una cocina de guerra con sabores intensos", agrega. "El plato más emblemático es el goulash, que es de origen humilde, casero y sencillo". Tanto Gladys como su hija, que cocina y ayuda en el restaurante, aclaran que el goulash no se come con queso rallado porque pierde el sabor.

Como entrada, se puede pedir una sopa de goulash, que lleva carne, cebolla, morrón y paprika (pimentón), y se sirve en un calderito con una vela para mantener la temperatura. Otra opción para la entrada es pedir algo frío, como los arenques a la crema, un pescado con el que los europeos se alimentaban en época de hambruna por su facilidad de conservación. Entre las entradas calientes, Gladys sugiere probar la sopa de pescado o el caldo de ternera y verduras con bolitas de matzo (una receta típica de la cocina judía elaborada a base de harina de matzah).

Como plato principal, hay distintas variedades de goulash: de ternera, de cerdo, de cordero, de conejo, de salchicha ahumada y vegetariano. El sholet es otro plato típico húngaro que se prepara en Tundarot y tiene porotos aluvia con salsa, pechito y carré ahumado, panceta, roast beef y huevo duro. Gladys también recomienda el carré de cerdo Miskolc (llamado así en honor a un pueblo húngaro) que tiene vino blanco, crema, hongo de pino y champignones con guarnición.

Para los que quieren algo bien potente, se puede pedir el bife a la Budapest como principal (un bife con papas en salsa húngara) o el peceto con salsa silvestre (lonjas de peceto en salsa agridulce de vegetales y croquetas de papa). Asimismo, la parrillada húngara (para dos personas) es una alternativa variada con carré ahumado, pechito con manta, chorizo, morcilla, panceta y debrecziner con guarnición de papas al horno, repollo salteado, puré de manzanas, ensalada de pepino y chutney de berenjena.

Otra alternativa imperdible del restaurante son las pastas como los varenikes (rellenos con papa) con crema y cebolla frita, un plato tradicional de Europa del este. También hay picadas húngaras que incluyen huevos rellenos, creppes, papines y salchichas, entre otras cosas.

Los postres son una delicia no aptos para los que están a dieta. La especialidad de la casa es la torta Dobos, postre húngaro por excelencia. Además, hay strudel de manzana, de amapola, de guindas y de queso blanco, y un panqueque tipo soufflé con crema y chocolate llamado Turandot. La copa Percy, una creación del cocinero del restaurante bautizada con su nombre, tiene dulce de leche, helado de crema americana, merengue, crema chantilly y frutos del bosque.

Las bebidas típicas son el Fütyülős (una grappa típica de Hungría) y el vino Tokaji (de sabor dulce). El precio promedio de la comida es de $90 por persona con bebida. El restaurante tiene una vereda calefaccionada y allí pasan música húngara o clásica, según el día. Para los que son de zona norte, pueden ir también al Club Hungaria, en Pasaje Juncal 4250, San Isidro. Una opción imperdible para los que buscan platos caseros del este de Europa.

(*) Redactora de Perfil.com

No te pierdas la galería de fotos del restaurante y los platos.

Turandot: Abierto de lunes a sábados a la noche y de jueves a domingo al mediodía. Fitz Roy 1747. Reservas y delivery: 4771-5355.

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