Por Mariana Arias
El zapato como forma de arte
Esta vez, el anfitrión de la fiesta organizada por Chandón fue Iván De Pineda. El conductor transita un tiempo de reconocimiento que merece. Con estilo, personalidad e inteligencia sabe ejercer su rol de Celebrity.
En una de las casas de la playa más canchera de Punta Piedras, simple e integrada al entorno, Javier Iturrioz ambientó con los colores de Chandón un camino hacia la playa. los arreglos florales de color naranja y rosa, las columnas del deck revestidas con hiedra y flores naranjas, y el techo iluminado con pequeñas luces blancas. Desde el deck nacía un puente que conducía a la pista de baile, a metros del mar.
García Uriburu y su amor por la vida
Los primeros invitados llegaron minutos después de las diez de la noche y fueron recibidos por Iván y su novia Luz Barrantes, quienes se ocuparon de saludar uno por uno a sus amigos. El encuentro entre Nicolás Repetto y Florencia Raggi, Marcela Tinayre, Nacho Viale, Valeria Mazza y Alejandro Gravier fue de lo más comentado de la noche.
Miradas superadoras sobre la igualdad de género
Poco a poco fueron llegando el resto de los invitados: Flor Torrente, Calu Rivero, Nicole y Geraldine Neumann, Soledad Ainesa, Jimena Buttigliengo, Paula Colombini, Dolores Trull, Mecha Sarrabayrouse, Julieta Kemble Andrea Burstein, Guillermo Coria, Claudia Fontán, Eduardo Costantini Padre e hijo, Humerto Tortonese, Yanina Screpante, Sylvita Pereyra Iraola, Rifle Varela y Agostina Scioli, Cristiano Rattazzi, Rosella y Patricia Della Giovampaola, Teresa Calandra y Gonzalo Bergadá, Cynthia Garrido, Clara Alonso, Lulu Cahen D´Anvers, Cecilia Zuberbühler, Florencia Salvioni y Panchi Grimaldi, Manuel Antelo e Inés Peralta Ramos, Martín Cabrales, Maxi Patané, Nachi Heguy, Roberto Devorik, Roma Renon, las antiguas tradiciones bahianas heredadas de Nigeria recibían el año vestidos de blanco. La consigna fue adoptada por Chandón y respetada por todos los invitados en las 10 ediciones de esta fiesta que enmarca el ambiente social del este. La estrellas iluminaron el ambiente relajado, la cálida sensación fue llevando a la música hacia el mar donde la pista de baile se plagó de visitantes entonados por la burbujas de Delice.
La magia de la noche hizo bailar a todos hasta las 5 de la madrugada cuando ya empezaba a amanecer. Una fiesta que se vivió a fondo y que confirma que siempre hay razones para celebrar.
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