Saturday 20 de April de 2024
ENTRETENIMIENTO | 16-12-2014 12:48

El reality de las monjas

Cinco chicas que quieren convertirse en monjas. Así es el nuevo programa de la televisión norteamericana. Las protagonistas ya fueron bautizadas como las Kardashian de los católicos.

Después de la monja italiana -Sor Cristina Scuccia- que ganó el concurso musical La Voz, ahora llegó el turno de mostrar la intimidad de quienes aspiran a convertirse en monjas. Sisterhood es un nuevo reality producido por la cadena Lifetime de Estados Unidos que sigue a un grupo de chicas durante las seis semanas en las que deben reflexionar sobre si de verdad quieren ser monjas.

El programa que, a primera vista puede resultar aburrido, parece no defraudar en momentos de dramatismo: a falta de conflictos sexuales o fiestas descontroladas, el escándalo llega de la mano de las supuestas renuncias que deben hacer las aspirantes. Ya en el primer capítulo comienza la tragedia cuando las chicas tienen que abandonar su ropa y ponerse un uniforme de pre-monja con chatitas negras, pollera azul hasta la rodilla y camisa celeste suelta de manga corta. Las lágrimas aparecen cuando una de las protagonistas se entera de que debe dejar de maquillarse para concentrarse en su vida interior y ruega a las monjas que le permitan la base y el correcto para disimular el acné. El drama estético parece ser uno de los puntos fuerte del show: una de las chicas se paraliza cuando le ordenan sacarse el esmalte de uñas.

Tampoco falta el sentimentalismo. Desde el llanto de la aspirante que debe abandonar a su novio hasta el delirio entre místico y casi sexual de las chicas que aseguran que Dios es el mejor novio que pueden tener o las que se imaginan bailando con un Jesús entrador y galante.

Las opiniones acerca del programa son diversas. Por un lado, están los que dicen que se trata de un material esclarecedor de vidas misteriosas y que es un interesante proyecto sociológico. Y por otro, están las monjas que vieron atentas el primer capítulo y coincidieron en que su vocación es mucho más que dejar de llevar maquillaje pero que es cierto que en los conventos se viven muchos dramas.

Los críticos, por su parte, señalan que un reality de esta clase no hace más que confirmar estereotipos sobre las religiosas, por ejemplo, que son amargadas y que son autoritarias cuando confiscan celulares y correctores de ojeras.

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