Friday 29 de March de 2024
CUERPO & ALMA | 10-03-2012 11:23

Chicos al jardín: tiempo de adaptación

Consejos para saber cómo enfrentar por un momento clave en la vida de los más pequeños y de toda la familia.

En el momento del inicio del jardín, los pequeños comienzan un proceso muy importante en su historia, ya que es el inicio de su socialización, fuera de su primer grupo de pertenencia: su familia. Para que se de en forma satisfactoria debe ser entendida como un proceso y no como un período, ya que no se podría decir anticipadamente el tiempo que lleve su elaboración y por lo tanto su duración.

Proponemos realizar la adaptación en forma gradual, de esta manera favorecerá la separación del bebé o pequeño de lo suyos, sobretodo de su mamá y asimilar nuevas personas que integrarán su nuevo mundo: las maestras con sus características, y las propuestas con las normas que esto requiere, sus pares, las normas institucionales.

Lejos de una ruptura, se trata de la integración, del encuentro donde familia y maestra se enriquecen mutuamente, por eso es necesaria una apertura de ambos para que la adaptación se de en forma natural, armónica.

A medida que la adaptación se va desarrollando y el pequeño/a comienza a quedarse solo en el jardín, son los padres quienes a veces viven con más fuerza la separación. Es muy común poner el acento en los pequeños en el momento de la adaptación: lo cierto es que es un proceso que incluye a todos los que participan de esta propuesta: pequeños, padres, maestras, coordinación...

Los sentimientos más frecuentes en relación al proceso de adaptación son: temores, celos, culpas, rivalidades...en ello la información cumple un papel muy importante, cuanto más conocimiento se tenga de la propuesta, de lo esperable, de quienes la llevan adelante, más se

favorecerá a la confianza y a la seguridad. Tengamos siempre presente que el objetivo de la propuesta educativa del jardín no es reemplazar la responsabilidad familiar, sino colaborar y acompañar en el desarrollo de los pequeñitos.

Este tiempo entonces se tiñe de un clima en donde lo importante es el

vínculo que comienza a construirse, que nos permita el encuentro y las ganas de abrazar, contener, mirar, acariciar, escuchar, cantar, jugar, bailar, construir, pintar, garabatear, explorar, sentir....

Por la Lic. Marisa Russomando, Psicóloga (MN) 23189, Directora de Espacio La Cigüeña.

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