¿Cómo remover o tapar un tatuaje?

Los tatuajes se han puesto de moda entre las generaciones más jóvenes y muchos adolescentes se tatúan desde las manos hasta partes de la cara. Los pómulos, las sienes, el cuello y hasta la parte interior de los labios son los lugares más elegidos para expresar a través de la tinta aquello que queda chico para decir con palabras.

La decisión de hacerse un tatuaje no necesariamente puede perdurar en el tiempo luego de cinco o diez años y muchas personas se arrepienten del diseño que se eligió en un momento determinado, que pudo haber sido producto de la inmadurez, de un acto apresurado sin análisis previo o simplemente puede pasar que los gustos hayan cambiado con el correr de los años.

Sin embargo, cómo borrar o tapar tatuajes depende de una técnica molesta que muchos prefieren evitar con otros métodos, como por ejemplo, cubrir el tatuaje por uno diseño más grande o taparlo con maquillaje. La segunda opción es más tediosa y muchas veces no tiene éxito si tenemos en cuenta la lluvia o la transpiración que no pueden controlarse.

¿Por qué algunas personas prefieren tapar tatuajes antes que removerlos?

Si eres ilustrador y te gustaría tatuar, lo mejor es hacer un curso de tatuaje para fusionar ambas utilidades y de esta forma lograr que el cliente se vaya a gusto y que no desee en dos o tres años tapar tu obra, o removerla.

Los cursos pueden hacerse en páginas web especializadas, como por ejemplo en Crehana; en este sitio cualquier persona que sepa de ilustración puede adentrarse a este mundo y formarse en una profesión que es exigente, detallista y que no acepta errores.

Quien no sepa debería conocer el método para remover tatuajes y a partir de ahí entendería por qué muchas personas no tolerantes al dolor deciden elegir otras formas. Es por eso, que un curso de tatuaje es indispensable, además de la práctica, ya que a través de herramientas y teoría pueden surgir obras admirables y dignas de llevar en la piel.

Los tatuajes se eliminan a través de distintos procedimientos como la dermoabrasión, la cirugía láser o su eliminación quirúrgica. Lo que sucede, al estar la tinta en una de las capas superiores de la piel, no es simple removerla y es por eso que lo mejor es acudir a algunos de estos tres métodos.

Lo mejor es consultar con un profesional, sin embargo, estos métodos están avalados por la medicina y no tienen efectos secundarios si están realizados por personas aptas para la actividad, con formación pertinente en el área. Es fundamental este punto ya que, caso contrario, podrían ocurrir infecciones, irritaciones y daños en la piel.

¿Qué pasa si quiero tapar un tatuaje momentáneamente?

Muchas veces sucede que en un evento determinado, para una sesión de fotos o hasta una entrevista laboral algunas personas deciden cubrir sus tatuajes por unas horas. Esto es mucho más sencillo porque el maquillaje permite todo este tipo de acciones, indoloras, que duran hasta que cada quien decida.

En estos casos el método es simple y consta de colocar sobre la piel una base clara que cubra por completo el tatuaje o incluso de color blanco y luego una que imite o se aproxime al tono de cada piel para disimular cualquier marca.

¿Puedo cubrir mi tatuaje con otro?

Este método es el más utilizado, aunque parezca raro. Muchas personas deciden cubrir los tatuajes con otros diseños más grandes e incluso que se fusionen con el anterior, para que la diferencia no sea notoria y quede armonioso.

La decisión de tapar un tatuaje por otro se relaciona más a la idea de que la piel, al remover la tinta, queda con cicatriz de por vida y aunque las formas actuales tengan avances tecnológicos que no signifiquen una marca notoria, es mejor cubrir que eliminar, si hablamos de lo estético. 

Puede suceder que haya veces que la aguja duela menos que el procedimiento quirúrgico y la gente prefiera exponerse a un dolor ya conocido aunque otro nuevo duela menos. Siempre es preferible agotar todas las instancias de duda para que la última decisión sea tomada a conciencia y con la información necesaria.

Cursos de tatuajes

Si eres ilustrador y te gusta tatuar, lo mejor que puedes hacer para evitar que algún futuro cliente termine en una sala de un médico es hacer un curso de tatuajes y practicar lo máximo posible, adquirir las técnicas que sean necesarias y asegurarte, antes de probar en una piel, de tener el control de la máquina.

Hacer un curso de tatuaje te ayudará no sólo a mejorar técnicas sino a descubrir qué estilos de tatuaje existen y a elegir uno de ellos. Si bien es ideal saber cada técnica, siempre una persona elegirá a un tatuador que tenga experiencia en una, ya que simplificar el campo de acción permite profundizar en la perfección del mismo.

Por otro lado, la preparación de las herramientas de trabajo y de la piel son dos cuestiones que deben estar controladas, sobretodo en el contexto actual donde la pandemia introdujo lo sanitario y sus cuidados a todos los ámbitos de la vida, haciendo que muchas profesiones deban cambiar sus logísticas para priorizar la salud del cliente y la propia.

Es por eso, que la esterilización de las herramientas y la preparación de la piel es otra de las cosa que los cursos de tatuajes tienen como objetivo enseñar, ya que al igual que la realización del diseño, a modo integral es necesario saber actuar desde el inicio al final.

Para empezar a practicar tus diseños lo recomendado es comenzar con dibujos chicos, con líneas rectas, para domesticar el pulso y los movimientos de las manos. Luego, seguir con líneas curvas y perfeccionar el trabajo a través de agregar técnicas como la de relleno y las sombras.

Todo suma porque cada persona es diferente y muchas veces te encontrarás con diseños totalmente opuestos y personas que prefieren lo clásico o lo extravagante, practicar con todas las posibilidades te dará una práctica integral y te preparará para el momento de lanzarte a la profesión.

Fuente: GoodlyMediia