Compartiendo con el filósofo Claudio Naranjo, el gran desafío y mayor impacto que podemos tener como especie es actuando sobre la educación de esta generación.
Las neurociencias aportan datos que ayudan a entender cómo funciona el cerebro, cómo aprende, cuales son las condiciones favorables y desfavorables para el aprendizaje y plantea hipótesis para las futuras investigaciones en las diferentes áreas. Y da un rumbo a seguir. Educar para el desarrollo de la conciencia (autoconocimiento). La conciencia es la capacidad propia de los seres humanos de reconocerse a sí mismos, de tener conocimiento y percepción de su propia existencia y de su entorno.
La conciencia se trabaja y se educa, y al hacerlo, daría como resultado un equilibrio entre supervivencia y trascendencia. Los seres humanos desde una mirada yoguica, contamos con tres vehículos de transformación de nuestra conciencia: cuerpo, mente y alma. El yoga nos ayuda a sentir unión, trabajando con aquellos tres vehículos. Colabora en ayudarnos a recordar y a integrar todo lo que somos.
¿Es el yoga para todos?
El yoga
Cuenta con más de 5000 años de antigüedad, es una filosofía y método, es la primer psicología del mundo, mística y medicina natural, y es una técnica de autoconocimiento y autorrealización. Es una ciencia de integración, desarrollo y perfeccionamiento.
Glowga: yoga en la oscuridad
El yoga nos alivia de incontables dolencias, fortalece el cuerpo armonizándolo, agudiza el intelecto y ayuda a la concertación, desarrolla la creatividad, calma las emociones, nos da esperanza. La práctica de la respiración calma la mente y nos ayuda a encontrar la paz interior.
El yoga puede ser una de las herramientas para la educación basada en el desarrollo de la conciencia.
Podemos pensar en el yoga como herramienta educativa, como recurso áulico para los docentes, como cierre de una clase de educación física, como parte de le educación sexual infantil, hay múltiples formas de poder integrarla.
Cuando tomamos conciencia de lo que somos, cuando tomamos conciencia del cuidado que merecemos, de las emociones que nos atraviesan, de los pensamientos y movimientos de nuestra mente, empezamos a sentirnos y a vernos distintos, a tratarnos con mayor amabilidad, a cultivar nuevos estados. Dejamos la semilla del autocuidado adentro, algo que a lo largo de nuestra vida será de gran utilidad.
Aprender a cuidarnos también nos ayuda a aprender a cuidar a los otros, y cambia la forma en que comenzamos a ver a los demás. Desde allí nacen nuevas formas vinculares, nuevos modos de estar en el mundo.
María Eugenia Giró, licenciada en Trabajo Social, Posgrado consejera en Minoridad, maestra de yoga.
Galería de imágenes
Comentarios