"China estaba hermosa. Muy hermosa. Sin maquillaje con sus ojos claros siempre expresivos y una melena rubia que apenas le rozaba los hombros. Llevaba puesto un vestido beige ligeramente ceñido a la cintura, que estilizaba su delgada figura", cuenta Diego Fischer en uno de los tantos interesantes momentos que recoge su libro.
Perfilando deseos
La escena describe el momento en el que China se enamoró del uruguayo "Poro" Capurro, que fue a visitar a su padre a su taller. La relación se mantuvo en reserva y nunca hubo presentación oficial. Paseaban juntos por La Rambla pero acompañados siempre, como mandaban las normas de la época.
Pero ella ganó una beca y se fue a Londres a estudiar actuación, su pasión. Dejó a su amor, desesperado por ella en Montevideo entregándose al alcohol y la vida ligera.
Los papás de hoy
En las 270 páginas que publica El Ateneo, Fischer recorre ésta y otras historias con la gracia que sólo puede tener la vida de un personaje tan divertido como entrañable.
Vida, estamos en paz
de Diego Fischer
Editorial El Ateneo
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