Friday 29 de March de 2024
CUERPO & ALMA | 04-04-2019 11:32

Ni en tu casa ni en la mía: cuando las parejas prefieren vivir separadas

Algunos creen que no se necesita compartir una casa para poder tener una relación plenamente satisfactoria. Por qué.

Por Ricarda Dieckmann (especial de la agencia DPA)

Para muchas parejas llega un momento en el que tener un hogar juntos es una necesidad. Pero no todos piensan igual. Algunos creen que no se necesita compartir una casa para poder tener una relación plenamente satisfactoria.

En sociología este modelo de relación se conoce como "Living Apart Together", abreviado LAT, y responde al modelo en el que muchas parejas viven cada uno en una casa.

En realidad casi todas las relaciones comienzan siendo una relación "LAT". Después de todo, que se comparta el nombre en el timbre de la puerta y sentimientos profundos con gente que no sea familia es algo que sólo sucede en los apartamentos compartidos de estudiantes.

En opinión de los entrenadores de pareja Frank Schulze y Claudia Müller, vivir en casas separadas es adecuado sobre todo para parejas que desean contar con más espacio o que no quieren cambiar su estilo de vida. "También para una pareja que ya está conviviendo pero discute constantemente podría valer la pena intentar vivir separados", asegura la terapeuta de pareja y mediadora Friederike Ludwig.

Sin embargo, existen muchas otras razones por las que los dos miembros de una pareja no deciden vivir juntos. "Quien tenga a su cargo un hijo o una persona que precise cuidados tal vez no puede dar rápidamente el paso de mudarse con su pareja. Hombres y mujeres que rondan el final de los 30 suelen ser los que más se decantan por vivir por separado, más que otros grupos de edad más jóvenes", explica la psicóloga Birk Hagemeyer.

De esta actitud se deduce, agrega Hagemeyer, que para este grupo de edad el tema de la planificación familiar no figura entre sus prioridades.

En lo que sí que están de acuerdo los expertos es que cuando se trata de formar una familia, el "Living Apart Together" muestra sus limitaciones. "Un niño exige mucha cuidado, responsabilidad y energía. Eso es mucho más fácil para una pareja de padres si viven juntos", señala Frank Schulze.

La ventaja de vivir por separado se hace sentir cuando se piensa en términos como: ¿quién limpia el baño? ¿quién se queda en casa para esperar que venga el fontanero?. Son preguntas que pueden generar conflicto si uno tiene la sensación que hace más que el otro. "Si uno no convive con su pareja, no se produce este roce diario", apunta Ludwig, pues cada uno en su casa tiene su propio reino y los papeles están perfectamente definidos.

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Otra ventaja: "Vivir por separado permite la experiencia de reencontrarse regularmente y eso puede llevar a que la pareja sienta una mayor alegría y sea más consciente del tiempo que se toma para ello", agrega Schulze.

Pero tener cada uno su casa también tiene desventajas. No todas las parejas pueden permitirse pagar dos viviendas. A ello se suma que estas parejas tienen que enfrentarse al tema de la confianza mutua. "Al vivir por separado el margen de libertad para ver a otras personas es mayor", apunta Ludwig. Para algunos es difícil manejar ese riesgo.

No obstante, en ocasiones es sólo uno de los dos miembros de la pareja el que desea vivir en su propia casa, mientras que el otro sí quiere un hogar conjunto. Se trata de un conflicto que no es una excepcionalidad, según señala Claudia Müller. "Lo importante es que ninguno en la pareja actúe en contra del deseo del otro, sino que se logre una solución común. Si uno sabe qué necesidades se esconden tras la actitud de la pareja, se puede llegar a comprenderla mejor".

Fuente: Agencia DPA

F.D.S./

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