Llaman la atención por su diseño extravagante, por sus colores poco convencionales y hasta por su estética, que rompe con los cánones establecidos. Aun así, los ugly shoes (sí, sí, las fashionistas los describen como algo feo) siguen ganando seguidores.
Y, por supuesto, fueron blanco de críticas y elogios durante la Semana de la Moda de París.
La de Issey Miyake fue quizás una de las propuestas más diversas: hubo botinetas acordonadas con taco y suela track, chatas en punta, sandalias con tiras cruzadas y zapatillas en versiones extra large, con reminiscencias de los '80.
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La colección de Hermés, por su parte, incluyó carteras medianas y sandalias y botinetas chatas. Con estilo urbano, pero muy descontracturado.
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En Comme des Garçons se vieron zapatillas con suela muy alta y botinetas en punta: perfecto complemento para las medias estampadas.
Las sandalias de Sacai, con suela anatómica y capellada de tela -en este caso, con el mismo print de la ropa-, prometen ser un objeto de deseo para los días de calor extremo.
De corte clásico pero con un twist, así son los abotinados de Thom Browne, que complementaron una colección colorida, divertida y luminosa.
La tendencia no es nueva, la temporada pasada, los diseñadores ya habían sorprendido en la pasarela con modelos polémicos:
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