La segunda edición de Le dîner in blanc ya tiene fecha. El 10 de noviembre más de mil de invitados llegarán vestidos de blanco a algún lugar secreto de Buenos Aires para disfrutar un buen momento al aire libre.
El año pasado, en su primera edición, la exclusiva reunión convocó a 900 personas que compartieron una experiencia curiosa en Oceana Puerto Madero. El evento, que se realiza en las principales ciudades del mundo y este año se celebra el 30º aniversario del primer picnic. Entonces, en 1988, François Pasquier invitó a varios amigos a una comida al aire libre. La cita fue en Bois de Boulogne, un inmenso parque parisino y, para encontrarse, los invitados debían ir vestidos íntegramente de blanco.
La tradición continuó y hoy todos respetan estrictamente la etiqueta. No sólo no la cuestionan sino que también intentan sumar toques distintivos al vestuario: sombreros, paraguas (en caso de lluvia) y grandes accesorios están a la orden del día. Además de ocuparse de estar de punta en blanco (literal), los invitados deben proveerse de mesa, sillas, mantel, comida y bebidas (vino y champagne, la cerveza no está permitida en el encuentro).
¿Cuál es la magia de este encuentro? La locación se revela a último momento, pero todos los participantes -saben de antemano que será un lugar increíble.
Comentarios