Friday 19 de April de 2024
DECO | 24-04-2018 12:04

Tips para mantener el orden en el hogar

Existen trucos para ayudarte a vos misma a ser más organizada en tu casa.

Por Simone A. Mayer (especial de la agencia DPA)

Un poco de desorden puede ser simpático. Cuando se ingresa en casas que no están ordenadas a la perfección uno se siente menos solo, porque ve que, al parecer, no es el único que en el estrés cotidiano no encuentra tiempo para ordenar. Sin embargo, hay algunas estrategias para evitar el desorden más molesto.

En primer lugar, hay que sincerarse con uno mismo. Si uno es consciente de que en el fuero más íntimo es realmente desordenado, una opción es intentar mantener ese aspecto más caótico a raya mediante algunos trucos. Por ejemplo: si es de las personas que llegan por la noche cansadas a casa, dejan el maletín o el bolso en el suelo y arrojan la chaqueta sobre el primer mueble cercano junto a las llaves, los cascos y el correo, lo mejor es dejar una caja vacía en el suelo en la que entren todas estas cosas. Uno puede seguir tirando las cosas cuando llega a casa, pero al menos caerán dentro de una caja.

Otra estrategia consiste en anular las superficies de apoyo: si hay pocas mesas, estantes o cómodas cerca, no se podrá arrojar nada sobre ellas. Como consecuencia, se colgará el tapado en el perchero, las llaves en los ganchitos dispuestos para ello en la pared y el correo irá donde debe ir.

Este truco también es efectivo para evitar las pilas de ropa. ¿Quién no tiene en su dormitorio una silla o taburete en los que va aterrizando toda esa ropa usada que aún no está para lavar? Esto genera un enorme desorden. Si se evita esta superficie de apoyo, al menos se volverá a guardar la ropa en el armario. Otra alternativa es contar con un pequeño gancho o estante en el armario para este tipo de prendas.

Así y todo, estos trucos tienen un alcance limitado. A veces el problema es simplemente que uno tiene demasiado. Y donde no hay espacio de guardado, no hay espacio para el orden. Por eso, un consejo un poco banal pero bueno es poseer menos y descartar cosas cada tanto. O al menos mantener el volumen de pertenencias. Es decir, guiarse por principios como: si me compro un nuevo libro, descarto alguno.

Pero tirar y descartar cosas lleva tiempo, con lo cual puede surgir un problema de motivación. Muchas personas que asesoran en esta disciplina recomiendan empezar con objetivos pequeños: un cajón de la cómoda, un estante del armario. Esto permite contar con resultados rápidamente visibles, lo que motiva para la próxima empresa. Que no tiene por qué ser acometida al próximo día.

Algunos expertos recomiendan fijarse un día para ordenar cada tres meses. Hay que anotarlo en el calendario con fecha y hora, y tomarlo tan en serio como una cita con el médico o el peluquero. No conviene ocupar más de tres horas al día en la tarea.

Una vez que se descartaron cosas, hay que preguntarse: ¿cómo nace el desorden? Cuando las cosas tienen un lugar fijo, es más difícil desordenar, ya que se las coloca allí donde van. Pero si se coloca una cosa en un lugar y poco después en otro, se pierde tiempo y, a la larga, va a terminar en cualquier sitio.

La solución es más fácil de lo que parece: hay que encontrar un lugar para cada cosa: un ganchito para las llaves, un estante para las especias, etc. Otro consejo es colocar varias cajas en los estantes o armarios: de esta forma se pueden acomodar los objetos pequeños, sin que estén siempre sueltos por ahí.

Esto rige principalmente para las cosas que no se necesitan todo el tiempo. Un ejemplo: uno ordena el escritorio, coloca las hojas en un lugar, los lápices en un lapicero. Esto luce bien como mucho una semana, ya que, al poco tiempo, se saca por ejemplo la máquina de coser para hacer un arreglo. En un santiamén, la mesa se llena de carretes de hilo y moldes. Poco después, se recorta una cartulina para una actividad escolar del hijo y, al mismo tiempo, se pagan las cuentas por Internet.

Sobre la mesa de pronto hay papeles, cartulinas, carretes, tijeras, cuentas. Por eso, lo mejor es ir usando cajas separadas para cada proyecto: en una se colocan las cuentas, por ejemplo, en otra hilos, moldes y tijeras. Así, al menos, la mesa parecerá una mesa de trabajo y no un campo de batalla.

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