La Reina Isabel II tuvo que afrontar uno de los momentos más difíciles en la vida de cualquier amante de las mascotas. La monarca tuvo que decirle adiós a Willow, el último perro corgi del Palacio de Buckingham.
Un "real" estilo: dejarse las canas
La raza corgi es una de las predilectas en el Reino Unido y la preferida de la Reina Isabel II. Incluso, ella misma crió 14 generaciones que vivieron a su lado como unos auténticos duques. Tanto es así que todos sus perros comían en cuencos de plata o porcelana, tenían personas que se dedicaban especialmente a cuidarlos y sólo recibían remedios homeopáticos.
Willow falleció el domingo 15 de abril a los 14 años y será enterrada en Balmoral en una especie de cementerio privado que posee la familia y que se encuentra únicamente destinado a las mascotas de la familia real. La perra más royal de todas era descendiente directa de Susan, la primera corgi que tuvo la reina.
Si bien ya no queda ningún corgi en Buckingham Palace, aún viven con la Reina Isabel II dos dorgis - cruce de corgi y dachsmund- llamados Candy y Vulcan.
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