El cuerpo humano hace un aprovechamiento muy eficiente del huevo. Transforma casi un 100 % de la clara en proteínas, y aunque el omelette blanco haya estado de moda durante mucho tiempo para quienes querían hacer dieta, hay que decir que las yemas contienen incluso más proteínas que las claras.
Masa madre: el rincón que guarda sus secretos
Además, la yema es la que suministra las vitaminas. La más importante es la A y su estadio anterior, la provitamina A, que les da elasticidad a los ojos, ayuda a que la iris se adapte a los cambios entre la luz y la oscuridad y mejora la visibilidad en la noche.
Como si fuera poco, los huevos contienen muy pocos gérmenes, aunque es fundamental prestar atención para no contraer salmonella.
Lo mejor para evitarlo es conservarlos en la nevera y utilizar únicamente huevos muy frescos si va a preparar alguna receta que los lleve crudos. Una vez que la yema cuaja, no hay peligro, así que quien quiera estar seguro hará bien en prepararse un huevo frito.
Fuente: Agencia DPA
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