Thursday 28 de March de 2024
MODA | 06-05-2017 10:48

Diseñadores de la 1.11.14 venderán online sus creaciones

Juan Choquevillca estudió confección y cose desde hace 20 años. Ahora, busca desarrollar su propia marca.

Por Josefina Hagelstrom y Victoria Moreno.

A Juan siempre le gustaron los deportes. De chico, y mientras estudiaba, jugaba al fútbol en Oruro, Bolivia, donde vivía antes de venir al país. Si algo se le rompía, él mismo se arreglaba su ropa y su bolso. Así, casi por casualidad, se enganchó con el diseño y la confección, carrera que estudió en Oruro, y cuando llegó al país, a los 19 años –hoy tiene 39–, ya tenía un proyecto.

Desde la Villa 1.11.14, en el Bajo Flores, Juan Choquevillca creó, hace seis años, Novias Bety Alta Costura, su propio emprendimiento de diseño y confección de vestidos de novias y madrinas, y para chicas que cumplen 15 años. Y ahora es uno de los emprendedores de ese barrio que participan del programa Pacto Emprendedor, que desde el año pasado lleva adelante la Dirección General de Emprendedores del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología porteño, donde junto a empresarios trabajan para mejorar sus negocios e ingresos. En su caso, su mentor es Charlie Rivero Haedo, dueño de Zafrán, marca que produce snacks naturales, que lo ayuda a ordenar sus costos y a implementar estrategias de marketing online, como aprovechar las redes sociales, entre otras actividades.

“Me encanta hacer estas cosas, hay muchos vestidos míos que salen en las revistas, aunque no con mi nombre, sino con los de las casas adonde los vendo, pero mientras tenga trabajo estoy contento”, cuenta Choquevillca a PERFIL. “Uso telas innovadoras, con las que hago fusión para tener un producto distinto que vendo a casas de novia”, agrega. Junto a su mujer, con quien trabaja, alquilan un taller en otra casa del barrio donde hacen los modelos que luego venden. A futuro, dicen, les gustaría tener un local propio en el barrio.

Sus clientes llegan casi todos del boca a boca. Un cliente contento que lo recomienda a otro. Ahora, también tiene una página de Facebook, donde sube fotos de los vestidos; aunque vivir en la 1.11.14, uno de los barrios más peligrosos de la Ciudad, a veces le juega en contra: “A mucha gente le gustan mis vestidos pero el lugar me restringe mucho, porque no pueden venir. Por eso, al principio optamos por hacer trabajos a domicilio, íbamos a las casas a sacarles las medidas, llevarles las telas y hacer pruebas, aunque también hay cierta desconfianza por el barrio”, cuenta. “A otros que ya vinieron, los espero en la parada del colectivo”, agrega.

Vender por internet. En el mismo barrio, Gonzalo y Marisol también encontraron en la indumentaria un nicho para comenzar con un emprendimiento propio. Desde El Maestro, el taller donde trabaja, la pareja hace confección, pero de ropa deportiva femenina, para varias de las marcas que venden en los negocios de Avellaneda. Aunque ahora, como Juan, buscan tener su marca propia.

“Estamos trabajando en el logo, el nombre y los presupuestos”, cuenta Gonzalo López (28), que llegó de Bolivia hace siete años y vive en la 1.11.14 desde hace cuatro. “La idea de tener algo propio ya me venía desde hace mucho tiempo, pero no sabía cómo hacerlo”, cuenta del proyecto que lleva adelante con su mujer. Dos veces al mes se reúnen con Sebastián Panella, licenciado en Administración, con quien trabajan desde cómo conseguir clientes hasta cómo convertirse en una marca y una tienda online.

“Es una persona de confianza. Y los próximos pasos son vender los productos por internet, ya sea por Mercado Libre o tiendas online. Para eso lo primero que necesitamos definir los presupuestos y la marca”, agrega.

* NOTA publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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