Thursday 28 de March de 2024
CUERPO & ALMA | 30-04-2017 10:00

La dignidad arrebatada

No habrá sociedades justas mientras las condiciones laborales sean precarias.

Por Dra. Guillermina Rizzo.

En los años que llevo realizando procesos de Orientación Vocacional Ocupacional, siempre pero siempre surge un momento de quiebre entre los asistentes. Adolescentes y jóvenes vienen buscando una brújula, algunos con expectativas y sueños que desbordan el consultorio y otros con una indiferencia y carencia de proyectos aterradores, y están ahí, más o menos dispuestos.

Amante de la etimología de las palabras y teniendo como estandarte el ser por encima del hacer, los desafío en los primeros encuentros a que busquen el origen de la palabra “trabajo-trabajar” y, sesión tras sesión, descubren y redescubro el significado y el sentido. Confieso que es impagable ver esos rostros cuando leen el significado en “el Corominas” (diccionario etimológico); trabajar proviene del latín tripaliāre que significa torturar, deriva también de tripalium: instrumento de tortura compuesto de tres palos.

Como por arte de magia y sin resistencia alguna el camino de encontrar sentido a la propia existencia y de qué lugar quieren ocupar estos chicos en el mundo se abre paso; de la oferta de carreras existentes y de cuáles son los trabajos más rentados irrumpen y bucean hacia el interior de cada uno; qué estudiar pasa a un segundo plano pues prevalece quién y cómo quiero ser.

La consigna siguiente a simple vista es sencilla: menciono que hay un aviso clasificado en que solicitan personas para desarrollar “tareas”, a estas estas alturas del proceso de orientación ya no se menciona la palabra trabajo; se requiere creatividad, responsabilidad, perseverancia y talento, y que solo recibirá un pago casi millonario bajo dos condiciones: “disfrutar de lo que hagan y transformar el mundo”.

De esta manera, los encuentros siguientes se desarrollan en descubrir aptitudes, capacidades, miedos, algún test, posibilidades económicas de la familia para emprender la nueva etapa y otras cuestiones. La gran mayoría culmina llevando consigo muchas definiciones, pero grabado a fuego que “trabajo” y dignidad son indisolubles y que cuando se realiza lo que en verdad apasiona la tarea deviene en goce y no en tortura.

Hoy pienso en esos jóvenes que pasan por la consulta y pienso en ustedes, en mucamas y gerentes, en barrenderos y choferes, en enfermeros y médicas, en operarios y docentes, en quienes pudieron elegir y enaltecer sus talentos y para quienes no hubo opción, en quienes tienen posibilidad de lanzarse a nuevos retos y en los que la única chance es permanecer en punto muerto, en una marcha casi inerte.

Y pienso en políticos y dirigentes, en todos, en los que estuvieron y están, y también pienso en los “ñoquis” y en los cómplices, y también en los que se arman de coraje, no negocian y dan un paso al costado.

Y pienso que no habrá sociedades justas mientras las condiciones laborales sean precarias, cuando lo producido sea más importante que las manos que lo producen, y lejos de enaltecer y reconocer habrá degradación, desprecio y desvalorización cuando la respuesta sea “hacelo gratis”.

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De haber existido en la Antigua Roma el 1 de mayo por su etimología se denominaría el día “del que sufre”; y también pienso en ellos, en los que sufren hoy, y es también su día; hoy es el día en el que la realidad abofetea despiadadamente a quien con vergüenza y humillación no pueden poner un plato de comida en la mesa y hace meses dejó de pagar sus cuentas.

Cada vez es mayor la cantidad de jóvenes que vienen a hacer el valiente proceso de Orientación Vocacional Ocupacional, tal vez sea momento de que algunos con la misma valentía revisen y vean cómo devolver la dignidad arrebatada.

(*) Columnista en medios de comunicación. | Twitter: @guillerizzo

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