Es recomendable el ingreso al agua en el momento del día en que el bebé no tenga hambre o sueño, idealmente en la mañana. De esta manera se evitará que se sienta incómodo con el agua.
2. Se debe intentar que al momento de ingresar al agua, no haya niños gritando o jugando, de esta manera se evita que pueda asustarse y asocie el agua con una mala experiencia.
3. Si el bebé aún siente algo de temor por la pileta o el mar, se debe acompañar y hacer que vaya sintiendo el agua, mojando primero los pies, después las piernas y los brazos y luego meterlo poco a poco.
4. ¡El juego siempre es importante! Jugar con el bebé permitirá que él tome confianza y se sienta más seguro en el agua.
5. Llevar los juguetes favoritos a la pileta o a la orilla ayudará a mejorar su psicomotricidad y potencializará su estimulación.
6. Los bebés pierden calor rápidamente, por lo que, al salir del agua, se debe cubrir con una toalla y secarlo cuanto antes.
7. Cada bebé es único, como lo son sus gustos. Se deben respetar los tiempos y particularidades de cada uno.
Claves para lograr una logenvidad saludable
8. Es indicado el uso de flotadores, especialmente los de “bracitos”, siempre y cuando sean vigilados de cerca por un adulto. Esto permitirá que el bebé mueva con mucha más libertad sus brazos y piernas, lo que le dará más confianza en el agua.
Cómo empezar a moverse y ganarle al sedentarismo
9. La piel del bebé es muy sensible, por lo que es ideal mantenerla siempre hidratada con protector solar especial para bebés, para evitar quemaduras.
Empoderada al fin
10. La actividad en el agua es muy intensa, por lo que el bebé podrá terminarla con hambre y sueño. Es importante alimentarlo y dejarlo descansar después del baño.
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